Suma de Inviernos
Siempre admiró el reír a mares de
tus ojos, antes de verlos convertidos en esto que ahora son… simples puñales.
Hasta su miedo se hartó de tus falacias, tus supercherías, tus
engaños, tu distancia, tu violencia.
¿Por qué te sorprendes?
Buscar durante horas la palabra justa y una vez en la punta de sus
dedos, ver cómo la aplastas, sin piedad, destruyendo el diálogo. ¡De esa violencia hablo!
La del silencio premeditado y la mirada envuelta en reproches
antiguos. La de la caricia negada porque sí o el abrazo ausente atándole las
manos a su angustia.
Esa violencia que no nota nadie porque no grita, no deja marcas,
no muestra moretones en los brazos.
En Lebu es primavera, allí podrá
curar tus invisibles golpes escritos en su alma.
No permitirá que destroces sus alas
ni volverá a agonizar entre tus adjetivos invernales. Esos
mismos que hoy denuncia por hirientes, sarcásticos, injustos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario