sábado, 16 de noviembre de 2013

144 DESTINO INFALIBLE

Siberiana     

 Me indicaron nítidamente el lugar, lo señalaron con el dedo índice, en forma inequívoca.
Intenté dirigirme hacia el lado contrario pero me detuvieron y me anotaron el sitio con letra clara y precisa sobre una hoja de blanco papel; con la instrucción hice un bollo compacto y lo boté.

Me lo explicaron en la cara, con gestos y ademanes, sin rodeos; y yo simulé no entender.
Soportaron mis miradas esquivas y mis fingidas distracciones.
Comprendieron mi angustia.

Fueron pacientes y por momentos enérgicos. Pero debo admitir que siempre fueron contemplativos, hasta el último momento cuando me acompañaron al sitio indicado, tomándome suavemente del brazo y ayudándome a descender a una tumba, con mi nombre tallado con bellas letras góticas en la lápida de mármol veteado, del cementerio de Lebu.

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