lunes, 4 de noviembre de 2013

71 INDECISIÓN

Anémona

La playa estaba desierta. El mar de un color gris oscuro, con numerosas olas, no invitaba a sumergirse. Una costa sinuosa y la proximidad de las rocas era semejante a la Caverna de Benavides de Millaneco.  Matorrales de plantas rústicas coronaban algunos médanos creando un marco verdoso al paisaje marino.
Caminaba sin rumbo con esa necesidad que tenemos muchas veces de comunicarnos con la naturaleza para aclarar nuestros pensamientos y equilibrar el razonamiento con los sentimientos. El viento impactaba en mis ojos arrancando lágrimas que se deslizaban por mis mejillas. No estaba triste, sólo confundida. Tenía que tomar una resolución y no me decidía. Los sentimientos primaban sobre la razón y el mar me traía recuerdos del río Lebu  donde juntos  recorrimos su costa tomados de la mano.

Ya iba oscureciendo. Debía volver para poder encontrar el camino de regreso entre los médanos. La decisión la tomaría mañana.

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