Anémona
Se apuró para llegar a su casa. Le esperaba el
libro que había empezado a leer la noche anterior y que la había atrapado por
su trama. Le gustaban las novelas de misterio, con la descripción de la
psicología de los personajes y la tensión de las situaciones que anticipaban un
evento fatal.
Comió algún bocado y como hacía frío prefirió
meterse en la cama para continuar la lectura. Recordaba haber señalado la
página setenta. Le llamó la atención encontrar el marcador en el piso. Pensó
que se había quedado dormida leyendo. Repasó la lectura del final de la página
que decía: …un viento huracanado agitaba
las aguas del río Lebu provocando
un sonido peculiar que ocultaba el ruido
apenas perceptible de los pasos que se acercaban a la puerta del dormitorio…
De pronto una mano apretó su garganta y el libro
cayó al piso encima del marcador.
Me recuerda la Continuidad de los Parques de Cortázar. Muy bueno.
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