Paulo Camino
Cuando
Rodolfo llegó a la ciudad de Rosario para trabajar en el hotel de un pariente
suyo conoció a Leonor, una morena de ojos azules y silueta sensual. Su voz
melodiosa y su sonrisa lo cautivaron.
Un
año después, Rodolfo, por razones particulares retornó a Lebu, de donde era
oriundo… tal vez las nostalgias de su infancia y de las serenas playas de su
pintoresca ciudad lo incitaron a regresar.
Antes de partir, se comprometió a volver dentro de dos meses para casarse
con Leonor…
Pasaron
dos años… y Rodolfo recién volvió. Ese
mismo día concurrió a un restaurante: la mujer del dueño era Leonor... Lagrimeando
se abrazaron. Al día siguiente, Rodolfo reanudó su viaje…
A
los tres días… al alba, Leonor partió para el hospital, “cosas de mujeres”,
aseveró.
Pasaron
otros dos años… y el marido de Leonor aún desconoce el paradero de ella… y de
Rodolfo.
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