sábado, 9 de noviembre de 2013

89 EL RETRATO

L. Boga

Una chica araucana caminaba por la playa llevando  su canasta de pescado. Llegó a la antigua caverna donde se celebraba aquel festival de cine. Desde niña soñó con ser actriz. Entró a la caverna,  dejó vagar su imaginación. Sintiéndose  bailarina comenzó a danzar al ritmo de un imaginario trompe al son de la melodía que alguna vez interpretó su abuelo. Girando,  girando, de pronto tropezó con algo sólido que estaba semienterrado en las blancas arenas. Era un hermoso cáliz de oro.  ¡El Tesoro de Benavides, Leyenda de Lebu!  Muy emocionada, metió el cáliz en la sesta y corrió hasta su casa. Se tumbó en la cama abrazando aquel objeto, e imaginando qué compraría cuando pudiera venderlo  se quedó dormida. Soñó con hermosos vestidos de seda, zapatos de grandes tacones, dulces y bombones... flores para la tumba de su abuelo…

—Hija, despierta.  ¡Ay! otra vez dormida abrazando el viejo retrato del abuelo…

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