sábado, 16 de noviembre de 2013

164 YA NO MÁS

Ángelo Garmendia

No está la señora Rosa del almacén, solo una cajera de mirada despreciativa tras una registradora; no están los hijos de don Luis saludándome en las mañanas al salir de la casa, solo paredes blancas cerradas en todo el pasillo del departamento; no están los enormes caminos rurales con frescas brisas y sombras de frondosos árboles, solo frías calles atestadas de transeúntes que te obligan a avanzar sin detenerte; no se ve el bello cielo azul despejado con bellas nubes blancas que llaman a la imaginación, solo un grisáceo techo sobre nuestras cabezas en donde el sol no puede penetrar entre los enormes edificios; es la forma que tiene la vida de decirme que Lebu quedó atrás y que estoy en la gran capital.

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