Rodolfo Catalán
Vive en Perth, al oeste
de Australia. Llegó el 25 de octubre del ´73. Desde entonces, vaga por los
bares con su guitarra y como amuleto siempre entona: “Voy cantando, voy
llorando/ cuando pienso que me voy/ yo me llevo tus pesares, / y te dejo mi
canción”; porque lo hace sentir cerca de su ciudad natal.
Aquí los rayos del sol
caen perpendiculares, como en la Plaza de Lebu, cuando hacía la cimarra con sus
compañeros del Liceo B-52 y anhelaban la revolución que vagamente habían
escuchado del Che Guevara; más por su foto de ícono pop, que por su pensamiento
revolucionario. No le costó tanto adaptarse al exilio, porque a veces se sentía
en casa. Será porque en ambas ciudades, el viento pega tan fuerte, como el
destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario