Phaebos
- ¡Atrás,
monstruo!
El joven lanzaba golpes mientras
la enorme serpiente marina mostraba sus hileras de colmillos.
La
serpiente rugía estruendosamente mientras intentaba darle al bote con la cola.
El joven se mantenía firme mientras lanzaba golpes y gritaba improperios contra
la serpiente.
La
serpiente, de pronto, logró darle al bote y lo movió bruscamente.
- ¿Necesitas
algo de ayuda? – preguntó una voz.
- No
– dijo el joven. – Ya acabo.
Tomó impulso y, gritando “Lanza
de Baccaap”, lanzó el arpón con una fuerza tal que atravesó a la serpiente y la
mató.
- ¡Listo,
papá! – dijo el pequeño mientras se bajaba del bote, abrazaba a su padre y a su
tío, y se iba a casa.
- ¡Vaya
que lo lanzó lejos esta vez! – dijo el tío.
- Sí
– respondió el padre. – Por suerte, lo podemos sacar de donde cayó – agregó. –Me
alegra que todavía queden mentes soñadoras en Lebu.
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