Ángelo Garmendia
Temprano
llegan a ubicarse a lo más alto de la instalación. Con cuidado y maestría
preparan sus disparos; apuntan, calculan
la velocidad del viento y disparan con gran precisión. Un escolar
haciendo la cimarra, cien puntos. Una señora con su bebé en brazos, quinientos
puntos. Un ejecutivo apurado por llegar a una junta, el premio mayor, mil
puntos. Y mientras la gente asqueada comienza a limpiarse, ellas se ríen con su
incesante cucurrucu sobrevolando el lugar. Así pasan el tiempo las palomas en
el terminal de buses de Lebu.
hohoho.. genial la comparacion!
ResponderEliminaraunque no se que es peor.. si un francotirador de verdad.. o las asquerosas palomas