Mistic
El flamante e innovador
gurú haciendo ostentosidad de su poder se clavó en los orificios nasales dos
espadas, en la boca cincuenta chinchetas, en las orejas dos varas de hierro,
para hacer comprender a sus discípulos que todo puede superarse, que nada es
inalcanzable. Seguido señaló en un mapa que podría ir volando hasta Lebu y
volver en menos de lo que tarda un avión ida y vuelta. Nadie le creyó, ni el
mismo estaba convencido. De todas formas se levantó y dirigiéndose a todos los
que le escuchaban les dijo que nada era imposible.
-¿Y por qué nos ha
mentido?, dijo uno de los asistentes.
-Nunca miento. Todo
depende de vuestra percepción. Fui y volví en el momento que os dije que
marcharía.
El silencio se abate en
la sala.
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