Koala
Jurgen estudiaba el
cuerpo humano en su laboratorio de Lebu. Le sorprendía la capacidad que tiene
el cuerpo de curarse ante todo. Los pequeños cortes y moratones desaparecen en
sólo unos días. El sistema inmunológico expulsa a los virus y bacterias
perjudiciales; a Jurgen lo sorprendía la manera que tenía el cuerpo de
solucionar sus problemas internos.
A Jurgen le sobraba la familia. No había conocido a
ninguna chica en la universidad que le llamase lo suficiente la atención como
para desviar sus ojos de los microscopios y los tubos de ensayo. Era una de las
revelaciones de su curso en materia de enfermedades del cuerpo y su regeneración.
El amor no se había cruzado todavía en su vida. Para olvidarse de los golpes
que recibían las heridas abiertas, Jurgen salía los domingos por la tarde a ver
el mar, por si alguna chica se cruzaba en su camino.
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