lunes, 27 de febrero de 2017

CIERRE DE CONVOCATORIA

Fuente: www.lebu.cl

El viernes 24, a las 23:59 horas de Chile continental, y de acuerdo a lo estipulado en las bases del certamen, se ha producido el cierre de convocatoria del V Concurso de Microcuentos "Lebu en pocas palabras".

Para esta edición se ha contabilizado un total de 131 trabajos, procedentes de 11 países. Cabe señalar que en esta oportunidad se ha registrado la mayor cantidad de microcuentos en la categoría menores, respecto a ediciones anteriores: un total de 24, lo que ha motivado a los organizadores incorporar un jurado por cada categoría, cuyos nombres se darán a conocer en el transcurso de la presente semana. Asimismo, corresponde informar que hasta el 14 de marzo los internautas podrán comentar sus trabajos preferidos, publicados en el blog oficial del concurso, contabilizándose además el número total de visitas recibidas. Esto, para elegir el trabajo mejor valorado por el público, junto con la puntuación del jurado.

A nuestros concursantes les deseamos la mejor de las suertes y agradecemos su participación en esta nueva edición de Lebu en pocas palabras, organizado por el Club de amigos de la Bblioteca de Lebu Samuel Lillo Figueroa. 
















viernes, 24 de febrero de 2017

131. DEBE MIRAR HACIA EL MAR

Llegó con inusual escándalo. Perturbadoras sirenas y hombres de gafas negras lo secundaron. Un tímido mar de pañuelitos blancos le dio la bienvenida. La plaza contuvo a todo el mundo que llegó a saludar a tan ilustre visitante, y se debe ser enfático en aquellos de "todo el mundo", porque aquel que no hubiese asistido, hoy no estaría para contar el cuento.
Mientras ascendía por las gradas de la gobernación, el color oliva de su uniforme, definitivamente, desentonaba con el verde circundante, que abrazaba el mediodía apacible del pueblo.
El hombre se volvió hacia la multitud. Ésta quedó estática, expectante, temerosa a sus palabras. Finalmente, seis fueron los vocablos empleados en su mediático discurso: "Lebu debe mirar hacia el mar". Luego ingresó al edificio donde lo esperaba la crema y nata de la sociedad local.
Hasta hoy, muchos se preguntan qué quiso decir el caballero con esa enigmática sentencia.

Corazón de piedra



130. OH HERMOSO LEBU

Ahí estaba yo. En la escuela como cualquier otro día. Son las 6:18 de larde en León, Guanajuato (México). Estoy en clase de Literatura. El profesor nos pide que busquemos un concurso literario y que concursemos en él como parte de la calificación del parcial. Entro a una página web y leo: Concurso de microcuentos "Lebu en pocas palabras", entré porque la palabra "Lebu" me llamó la atención. Entré a ver las dinámicas del concurso y al ver que el microcuento debía estar relacionado con Lebu, me decidí investigar un poco sobre este lugar. Cuando vi las fotos del lugar, fue amor a primera vista. Al ver ese hermoso río y esa sencilla pero hermosa ciudad. Sentí que debía estar ahí. Nunca he estado ahí pero he decidido ir algún sía en esta vida. Se me acaban las palabras para contarles pero lo que sentí por Lebu vale millones de palabras.

Pensador





129. HAMBRE

En Lebu no hay palomas, sólo ancianos que arrojan migajas de pan al cemento hambriento.

Corazón de piedra

128. LEBU, ENTRE SOMBRAS y ASOMBRO

Me habían hablado mucho acerca de la calma y de las bellas tonalidades de ese lugar de ensueños, pero cuando llegué, una jauría de perros me esperaba mirándome con los ojos muy abiertos y los dientes preparados como para terminar conmigo, por lo que decidí arrojarme al río y nadar con todas mis fuerzas hasta llegar a la otra orilla.
A pesar de mi agotamiento, al llegar al otro lado, me asombró el vivo espectáculo que se me presentaba: una cantidad incalculable de cabañas adornadas con luces de vivos colores que se encendían como guirnaldas iluminando la noche serena.
De repente, un escalofrío recorrió mi cuerpo y, sin razón aparente, comencé a sentirme muy enojado.
Comenzó a llover de manera torrencial. El ruido de los rayos y truenos era impresionante. Me quedé parado en el medio de la lluvia, cerré los puños, miré hacia el cielo y grité: "¡Pillán ha vuelto!".

Feroé

127. INVASIÓN

Todos estaban tan concentrados en la película que no se dieron cuenta de los tres extraños seres que, atemorizantes, entraron a la caverna. De hecho, el único que notó su presencia fue un niño de siete años quien se lo comentó a su incrédulo padre, siendo éste quien los empezó a aplaudir. Frustrados, los alienígenas enviaron un mensaje a su planeta. Un festival no es el momento ni el lugar para empezar una invasión a la tierra.

León Susseau










126. HASTA LUEGO LEBU

El canto de las aves, el aire fresco, los verdes colores, todo aquello puede ser descrito en una sola palabra "Lebu". Pocos lugares muestran la verdadera cara de la naturaleza, ya que hemos puesto los pies sobre ella, aún así podemos encontrar uno que otro trozo verde. ¿Qué sucedería si el poder nos dominara? Me refiero ¿que pasaría si alguien quemara el verde pasto? No sólo nuestro paisaje sería devastado, si no también nuestra vida, como que aquella rutina se vuelva cenizas. Las aves escapan, el aire es humo y los colores son opacos. Lebu, eras hermoso, yo sólo espero que vuelvas a florecer para mirarte otra vez...

Samanta Allison









125. ¡QUÉ MURTILLA MÁS RICA!

Años atrás fui con mis padres a la murtilla a un lugar llamado Catribolí, perteneciente a la Comuna de Lebu, muy conocido por mi papá ya que había nacido e ido a la escuela en ese lugar junto a sus hermanos. Caminamos algunas horas por el monte y cuando teníamos llenos los canastos con el preciado fruto silvestre nos dispusimos a regresar a casa.
Buscamos el camino de salida, pero ocurrió algo muy curioso pues dábamos vueltas y vueltas, bajábamos por las quebradas, caminábamos otro tanto y luego regresábamos al mismo lugar. Mi papá empezó a preocuparse y gritaba desesperadamente pidiéndole al Señor que lo orientara para encontrar el camino de regreso. Mi mamá oraba en silencio.
Así pasó un largo período de tiempo hasta que por fin encontramos la salida.
Esta experiencia, para mi sobrenatural, me causó tanto temor que desde ese día no he vuelto a un mutillar.

Petrona







124. ¡QUÉ VISITAS MÁS ILUSTRES!

Una tarde de verano fuimos con mi hijo a pasear a la playa larga de Lebu. Mirábamos el mar cuando de repente vimos cómo dos ballenas jugaban felices lanzando sus típicos chorros de agua.
Se veían muy cercanas a la costa, corrimos hasta la parte mas alta de las cavernas de Benavides y las observamos hasta que las vistas tan ilustres se nos perdieron de vista. 
Más tarde le expresaba a mi hijo mi preocupación ante lo visto pues hace muchos años atrás extrañamente amaneció la playa de Boca-Lebu cubierta de miles de sardinas y los más antiguos decían que era mala señal. Así fue, pues pasados algunos días se produjo el terremoto de 1960.
Respecto a las ballenas, temía que pasara algo parecido y, desgraciadamente ocurrió, pues a días del avistamiento ocurrió el terremoto del 27 de febrero 2010.
¡Qué sabia es la Naturaleza,  qué sorpresas nos depara!

Petrona

     

123. VOLAR POR LOS AIRES

Me desempeñaba como profesora en la Escuela N°14 de Boca-Lebu, de la ciudad de Lebu. Terminada la jornada diaria nos preparábamos para refrescar a nuestros hogares junto a una de mis colegas. Aquel día llovía mucho y había un fuerte viento, algo muy común en invierno para nosotros. En ese entonces no habían construido nuevas poblaciones, no existían líneas de taxis ni los colegas tenían vehículos.
Nos abrigamos bien, abrimos nuestros paraguas y caminamos raudas por el callejón cuando de pronto sentimos una fuerte ráfaga de viento que me elevó unos metros en el aire y tuve que soltar el paraguas para bajar a la tierra. El paraguas nunca fue encontrado pero el susto se quedó en la memoria de todos.
Al día siguiente, los colegas no podían creer lo que le contábamos y se reían mucho pues comparaban la situación con una película muy conocida llamada Mary Poppins.

Petrona













122. LA BARQUITA

Estábamos sentados en la orilla de Playa Grande, la arena se nos había metido por los zapatos y nos molestaba, también hacía frío. Pero esas minucias me daban igual, sólo me importaba el hecho de que estábamos juntos, de que había renunciado a muchas cosas por estar él y había merecido la pena. Vimos una barquita abandonada y decidimos adentrarnos con ella en el mar para ver si encontrábamos corales. Poco a poco, y sin darnos cuenta, nos adentramos demasiado y cuando nos quisimos dar cuenta era de noche, decidimos esperar a que amaneciera para volver, esa noche tuve un sueño muy extraño en el que teníamos cola de sirena y estábamos en una ciudad bajo el océano. Al despertarnos decidí lavarme con agua marina, para eso metí la mano en el agua y sin saber cómo mis piernas se convirtieron en cola de sirena. A veces los sueños, sueños no son.

Paulisticada




121. ¡PIRATAS EN LA COSTA!

El silencio era completo en la pequeña taberna, Tristán se disponía a partir cuando la puerta se abrió con gran estrépito y entró a tropezones un viejo lobo de mar gritando a todo pulmón: "¡Piratas en Lebu mis jóvenes parroquianos! ¡Piratas en la costa!" El caos fue cosa de instantes con semejante anuncio, muchos empeñaron sus espadas, y este fue el caso de Tristán, quien decidió que era hora de probar su valía, con el sable en alto corrió hacia el embarcadero, y a medida que se acercaba podía escuchar los sonidos provocados por los cañones de las naves enemigas, cuando estaba a punto de llegar al fragor de la batalla, una mano tocó su hombro y toda la ilusión se quebró, volvía estar en su alcoba, y sólo miraba los ojos de su madre.

Isabel de Andrómeda






120. YO NO CONOZCO A LEBU y LEBU NO ME CONOCE A MÍ

Detente un momento, tengo que decirte algo ¿Esto igual te pasa, no? Yo no conozco Lebu y Lebu no me conoce a mí. Es así de simple, puesto que salgo a la calle y no lo reconozco, ya la gente no habla con la gente, salvo en las sombras. Cuando los cuarteles marinos están cerrados, o las radios ya no imitan esas noticias que te hacen dudar. ¿Estamos bien o estamos mal? No tengo respuestas, pero de algo estoy seguro. Yo no conozco a Lebu y Lebu no me conoce a mi.

Jopia Bruna








119. EL MIEDO SE HA CUMPLIDO

Dejó las maletas aún sin desempacar en el viejo hotel... Ese 27 de febrero de 2010 retornaba a Lebu desde aquella patria extraña que había robado mis años y sólo deseaba verte. Quizás la ansiedad me llevó hasta el muelle antes de la hora acordada; pero tus pasos impuntuales me recordaron que eras el fabricante de quimeras; por eso esa noche que luego fue madrugada, olía a final.
Con una desesperación extraña y con el deseo de tu abrazo me alejé demasiado, hasta que escuché a un pescador decirme: "¡Vuelve a casa, el agua presiente retirada!"; pero incrédula regresé al muelle y al no encontrarte resolví esperar el nuevo día; más la tierra movió al amanecer, más el agua arrastró mi cuerpo y mi único miedo, no verte... Ya se había cumplido.

Hilo Rojo

118. LEBU, ENTRE MAPUCHES, PLAYA y AMOR

Ella era de una familia humilde de la ciudad de Lebu. Hijasde padres Mapuches, etnia de indígenas que resistió la llegada de los conquistadores. Sus padres contaban por tradición oral, cuantas luchas habían llevado primero con los extraños que llegaban para matar y apoderarse de sus riquezas.
Yo me enamoré de su candidez, de su mirada tranquila y sosegada, aquella que no representaba ni la fiereza de sus ancestros ni tampoco las muchas necesidades que pasaban con sus padres. Nos fuimos a vivir a ese pueblo de playas grises y rocas altas, con una temperatura de 13 grados centígrados; frío, sí, pero el calor de ella era suficiente para mantenernos como amantes.
Ella se fue para Santiago. En Lebu no había sitio para estudiar su carrera profesional. Confío en que volverá, nos amamos ardorosamente.

Soñadora

117. AMIGOS DEL MAR, VECINOS DEL MUNDO

En Lebu junto al mar, los pescadores enlistan arpones, redes y cañas que llevarán consigo a mar abierto para tratar de arrebatar a las aguas sólo un poco para subsistir y dar de comer a los suyos. Al igual que todo rubro, la pesca presenta sus propias dificultades específicas, allá la precaución salva las vidas, pues lo que desde costa parece bello y calmo, en lo más profundo, como en la vida y el mundo, es caótico, hay monstruos y bestias en espera para poder atacar. Una de éstas alimañas salió a la superficie, alcanzó con uno de sus tentáculos el cuerpo del capitán de la embarcación, lo sacó del bote y lo introdujo al mar. Ambos ayudantes palidecieron. El hombre luchaba sin conseguir desprenderse, una ballena amiga del pueblo atisbó  el combate y no dudó en acercarse, golpeó con la cola y liberó al capitán. Lo llevo a la playa, lo salvó.

Ez

116. UN SALVADOR JUNTO AL MAR

Se hace tarde, el viento sopla. Marina se sienta al borde del acantilado y grita: "¡La vida no vale nada!" Ha estado a punto de lanzarse, pero un marinero que andaba por la zona, luego de dejar su embarcación en el muelle, dispuesto a volver a casa quien se ha dado cuenta de la intención de la mujer, le ha dicho: "¡Deténgase! No sé bien cuál sea su razón para arrojarse y morir tan cobardemente, pero le pido, le suplico, no me haga parte de esto, pues ahora que la he visto no puedo dejar que se mate y el día de mañana escuchar en el pueblo la noticia de que una mujer agobiado por la vida y sus calamidades, decidió lanzarse al mar para acabar con sus penas, es una carga de consciencia que no puedo ni quiero soportar. Recuerde la magia, estamos en la mítica región del Bío Bío".

Ez

115. EL LUGAR SIN TIEMPO

Junto al mar, con la mira al horizonte, un conjunto de acantilados que han esculpido el viento y el agua se levantan ante el inmenso azul, cual si fuere un reto. Los desastres naturales han ayudado con su formación, así como la propia mano-dictadura de dios, de la naturaleza que acompaña, que rige. Tierra adentro las personas han ayudado a darle forma al terreno. Todo es hermoso e incomparable, desde las Cavernas hasta el trabajo de los pescadores en el mar. Le dicen la ciudad del viento. Será porque las ráfagas se llevan el tiempo consigo, porque estar en Lebu, junto a las aguas trémulas que azotan contra las rocas y arriban más tranquilamente a las playas, signifique que la corrosión del tiempo no coordine, por ello que su asedio no se note realmente, a pesar de esto, claro, todo ha cambiado. Olas gigantes bajo una estrella en el sur seguirán naciendo.

Ez


114. PERDIENDO EL CONTROL

Cuando sonó Perdiendo el control, Octavio perdió su mirada en la lucarna y recordó cuando, a escondidas, viajó a Santiago para asistir al funeral de Verónica. Recordó que tras serle infiel, nunca le dijo que no quería lastimarla, que fue de borracho, que la amaba, que no quería perderla, que quiso hablarle aquel día que se encontraron en la micro y al bajar, caminó tras ella hasta verla llegar a casa. Recordó su sorpresa cuando supo que Verónica se fue de Concepción y por despecho él también se fue. Recordó su dolor al saber que ella tenía cáncer y que, a esas alturas, todo había cambiado. Recordó que su esposa no soporta escuchar el nombre Verónica y que no sabe separar las cosas... entonces un corte de electricidad invocó al silencio y cayó en la cuenta que lleva 17 años viviendo en Lebu.

Señora Wieck

113. DISCRIMINACIÓN

Trabajo retirado de concurso a solicitud de su autor




112. CAMELIA

Trabajo retirado de concurso a solicitud de su autor





111. CUESTIÓN DE SUERTE

Al acostarse se repitió mil veces su nombre, verificó que todo estuviera en su sitio, el techo, la cama, la peinadora. Al abrir los ojos estaba sentada en una roca frente al mar. Un poco nerviosa, intentó moverse y no pudo, se dio cuenta que tenía aletas, después de unas cuantas lágrimas alzó la vista, a lo lejos había un letrero que decía "Bienvenido a Lebu, un lugar donde tus sueños se harán realidad". Entonces, decidió quedarse.

Paulizt










110. UNA MARIPOSA EN EL MAR

Era grande y muy hermosa y tenía el color del terciopelo gris. Apareció entre los botes de los pescadores de Millongue, espléndida y jubilosa en su lectura de aguas, rozando la espuma en la suave depresión de las olas hasta perderse en el infinito. Los primeros en verla fueron los niños que maravillados corrieron la voz: ¡hay una mariposa en el mar! Vino mucha gente de Lebu sin entender lo que pasaba. Algunos no veían nada, otros pensaban que era el espíritu de un poeta desaparecido hace tiempo que regresaba para quedarse. El insecto, en tanto, ajeno a toda elucubración y en un alarde de sensitiva precisión cobró vuelo y desde la altura se lanzó al mar. El oleaje la trajo hacia la costa siendo recogida por los niños que la guardaron en una botella con agua y lágrimas de la caleta.
¡Qué más hubieras querido tú, bella mariposa, para dormir en paz...!

Ubel

109. SÓLO LOS DE MADERA FLOTAN LIBRES

El pequeño velero montado en una ola, dibujo sencillo, casi infantil, que acompañaba el rayado en los muros exteriores en los muros exteriores del recinto de Vialidad, tuvo que hacerse lugar entre otros grafitis y mensajes oxidados y semihundidos para hacerse a la mar en ese océano vertical, rojizo e irregular que acababa abrupto en una esquina (como los mares en las mentes de antiguos navegantes).
Velero, ola y mensaje, trazos de pintura blanca en medio de un mar de ladrillos sobresalientes y estucos descascarados, oteaban el vaivén de sólidos transeúntes de vista fija y derrotero incierto; estos aparecían como puntos indeterminados cerca del mercado, surcaban lenguas de taxistas y microbuseros y se perdían en un horizontes de casas humeante que a su manera insinuaban el cielo.
Hoy ahí, sin haber borrado nada, un color aplanado lo ha cubierto todo. Mas no será el primer barco que en estos mares reaparezca cuando la tierra olvidada recupere sus dominios.

J.O.C. Erick


jueves, 23 de febrero de 2017

108. TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR

La última vez que Pedro Neira tuvo un sueño se cayó de la cama de la emoción. Gateó unos metros y luego que su cabeza chocara con la puerta de su habitación despertó agitado y gritando  –Yo las vi primero
Cuando se dio cuenta que sólo estaba despierto, en el piso y confundido, se sonrió. –Tan sólo fue un sueño –dijo mientras recordaba a su abuelo contar historias de minas de carbón en Lebu–Eran épocas espléndidas. Los yacimientos inmensos y se exportaba el mineral a todas partes del mundo–, narraba su abuelo. Pero el tiempo pasa, los pasos van, los hechos y las palabras siguen su trecho normal. La economía del carbón se diluyó. Desde entonces, Pedro sueña que bajo esas minas encuentra numerosas vetas de oro dispersas a lo largo y ancho de Lebu, como único antídoto para que su pueblo retorne por el camino de la felicidad.

Niusas




107. EL SECRETO DEL PUENTE VIEJO

El Leufu esquivaba las cepas del estoico puente y Alba perdía su mirada en los remansos mientras recordaba a su padre. Él le había dicho de niña que, al cruzar por el puente un día de viento, se detuviera en medio y cerrara los ojos, que había un secreto para ella. Nunca reflexionó sobre lo que su padre le había comentado, sólo comprendía que había sido un esforzado albañil y que dejó la mina Victoria para participar en la construcción del puente.
Pasaron décadas entre aquel entonces y el puente se hizo viejo y el río más tranquilo.
Esa misma tarde, junto con el ocaso cerró sus ojos y paulatinamente, mientras el viento conquistaba vigor, comenzó a percibir el secreto del puente viejo: pequeñas tuberías dispuestas en la base tarareaban con el viento la canción de cuna que su padre le murmuraba de pequeña.

Crisan







106. PRIMER ANIVERSARIO

Murcia estaba ansiosa por entregar a Fabio aquel regalo que había comprado para su primer aniversario. Era algo que él deseaba con ansias. Sin embargo, decidió no entregárselo antes y controlar su ansiedad para hacerlo, en una cena romántica a orillas del río. Quería que ese día fuese perfecto.
Finalmente, había llegado el día tan esperado. Ella se puso un vestido nuevo, comprado para la ocasión. Preparó los paquetes que finalmente le entregaría y aguardó en el hall hasta que él viniera. Todo iba perfecto, sólo que Fabio nunca llegó. La muerte, más ansiosa, le dio antes su regalo.

Lula








105. CONOCIENDO LEBU

Y llegué a un pueblo abierto al mar, abatido por la espuma blanca y por el halo del negro carbón. Con casas pequeñas y gentes grandiosas. Atentos al visitante, que pregunta por las luces naranjas que lo alumbran de madrugada.
Tierra de historias y de leyendas... Toros que braman en la noche y cruces en el mirador del cerro. En la playa, el fantasma del ilustre montero, busca refugio en su caverna.
Ojos de sorpresa al descubrir, entre las sombras, a los indios mapuche que atraviesan el Leufu con sus barcazas de humo.
Manos negras y alma blanca, amada por el folclore que te nombra con orgullo, terrón de luchadores, de arte y de cine.
Lebu, hoy te dejo en la distancia, después de conocerte y entre el polvo de la carretera me despido con un sentido, "hasta siempre".

Glosol


104. RÍO DE VIDA

Texto tallado en la primera piedra puesta en el acto conmemorativo de la fundación de la ciudad de Lebu del Fuerte Varas:
Amados conciudadanos, hoy empieza el camino que tanto hemos soñado. Nuestra hermosa tierra bien merece un comienzo como crisol de prosperidad y abundancia. Hoy nos unimos todos como hermanos y hermanas de todas partes del valle del río Lebu para sentar las bases de la concordia y el trabajo compartido. Hagamos que nuestras gentes vivan en paz y armonía con el único objetivo de crecer como pueblo. Unamos nuestras fuerzas para conseguir llegar donde nuestros sueños individuales no pueden. Esta primera piedra simboliza el pilar sobre el que construir nuestro futuro. Firme, robusto, indestructible. Sellemos con un abrazo la unión de todas nuestras voces y sintámonos orgullosos de pertenecer a esta tierra fértil y próspera. Este es nuestro verdadero río de vida, Lebu.
De ti nacemos y a ti volveremos siempre

AleNur


103. EL SER QUE EMERGIÓ DE LAS AGUAS

Todo ocurrió en Playa Grande. Al atardecer, cuando unos pocos rayos de sol aún iluminaban el horizonte, apareció como un sueño, emergiendo del mar como un dios ávido de ayuda, como si de un submarino ahogado se tratase apareció ante nuestros ojos ese ser extraño, herido, apagado, que con dificultad consiguió llegar hasta la orilla con la sensación de que ese iba a ser el mejor lugar para morir. La kilométrica costa de fina arena blanca comenzaba a teñirse de rojo debido a las heridas de ese animal. Sin pensarlo mucho agarré mi celular, hice unas cuantas fotos y rápidamente las compartí por Whatsapp y las subí a las redes sociales solicitando ayuda urgente. A los pocos minutos la gente comenzó a llegar a la playa proponiendo medios y soluciones para salvar a ese ser desconocido para nosotros. Unas horas después emprendió un viaje sin rumbo fijo. Los lebulenses consiguieron de nuevo una victoria.

Juan Galopante



102. LE BUSCO

Tarde de invierno, Provincia de Arauco, Lebu.
Me encuentro en la estación del tren, son sólo las 8 am, he fumado tan sólo un par de cigarrillos y el café me mantiene mucho más despejada de lo que esperaba. Le busco, aún no sé si quiero verle, he llorado más de lo que se imagina pero no me quedan ganas de regresar y sentarme en su regazo como si nada hubiese pasado.
Le busco y mi mirada se encuentra con la suya, sus ojos penetrantes me demuestran que también ha sufrido estos once días, que me ha echado de menos, no sé si correr y abrazarlo o sólo quedarme sentada esperando la siguiente ruta, una que me lleve lejos. Le busco y ya no quiero que me vea así, desgastada, perdida, rota, quizá un poco alucinada. Para el tren y subo en él.

Amarilla





miércoles, 22 de febrero de 2017

101. POR TRABAJO LLEGUÉ... POR AMOR ME QUEDÉ

Como experta comercial de una empresa española en expansión, por la Región del Biobío. Soy una mujer centrada en el trabajo y con poca vida social.
Sola e inquieta debido a la marcada distancia de casa. Seguí el consejo de Ricardo, mentor y lugareño, y bajé a la playa de Lebu. El día estaba algo nublado pero el ruido de las olas parecía una música celestial que
relajaba los sentidos y te preparaba para el disfrute de las preciosas vistas. Una señora que también disfrutaba del silencio ensordecedor de las olas. Sacó dos piezas de fruta de su bolso. Una de ellas me la ofreció a mí, sin mediar una sola palabra. Sin que pudiera rechazarla consiguió despertar en mí la más dulce curiosidad por la zona y por su gente. Han pasado dos años desde aquel día y cada minuto que sigo en esta ciudad me enamoro más y más de ella.

Suan

100. ALMA HABITANTE DE LEBU

Ayer, el soplo de mi viajera alma recorrió las maravillas de Lebu. Ella visitó las Cavernas de Benavides en un paseo inmerso de un escenario tranquilo, una vista fotográfica, piedras, agua y un cielo paradisíaco.
Fue tomada por la tranquilidad, ella descansó sus pies invisibles en las arenas de la Playa Millaneco, toda su aura se entregó al mar.
Yo intenté arrastrar los hilos del alma, pero ella acabó enamorada por los misterios de las grutas y se rindió completamente al precipicio.
En la costa del Pacífico, mi alma vive ahora. Pasa su tiempo vagando por las bahías de Lebu.

Morphine Epiphany





099. EL PIRATA BARTOLOMÉ

Bartolomé es un pirata inglés que llegó a las costas de Lebu hace muchos pero muchos años atrás con un gran motín, él venía arrancando de la flota española que lo persigue por los océanos con el fin de capturarlo y quitarle la vida. Pero las cuevas de Lebu le dieron refugio a este pirata, donde conoció en la playa grande a la hermosa Eleonor que era una pescadora y recolectora de algas, su amor fue único casi de otro mundo. Ocultaron el motín en las cuevas de Lebu, cuentan que el tesoro era más grande que el tesoro de Benavides. Nunca pudieron encontrar el tesoro los españoles porque Bartolomé siempre fue más listo que ellos. Se disfrazó de mujer, pescador y anciano y ocultó un mapa que luego lo cortó en cuatro partes que están ocultas en su ciudad natal.

L. M. Santa Fé


098. LA DANZA DE LAS MUJERES ALADAS

Era un hermoso y soleado día de verano a fines de diciembre. Nahuel, después de atravesar los cien metros de la oscura caverna, pudo caminar por las blancas arenas de la playa Millaneco, lugar paradisíaco de gran hermosura y tranquilidad. Se recostó a mirar el oleaje del mar. Era de no creerlo: a solo pocos metros de la orilla, en el mar, danzaba unas hermosas mujeres aladas de múltiples colores centelleantes con cabellos largos y brillantes como el oro, junto a hombres altos y hercúleos que las lanzaban al aire y luego ellas continuaban volando como aves, pero con la delicadeza de una mariposa en busca del celeste y claro cielo de la ciudad del viento, para después clavarse en el mar azul, cual hábil pelícano tras un pez. No se cansaba de ver la inesperada coreografía de tanta belleza, alegría y destreza, pero de pronto despertó, al escuchar el penetrante bramido del toro.

Víctor Weldt

097. DE NOSTALGIAS

Botella en mano estuvimos conversando entre esa multitud que se hizo menos inmensa y bulliciosa al avanzar la tarde. Botella que, a decir verdad, estuvo más en mi mano que en la tuya. Sincerándome un poco, te diré que era mi cuarto tinto. Sudé frío para no delatar mi impertinente embriaguez pero estimulado por la conversación sobre mi natal Lebu mi llanto explosivo como espumante de año nuevo se desparramó salpicando de lágrimas tu vestido. Enterrado en tu pecho escucho la lejanía de "mi más sentido pésame" y un débil "lo siento". Perdóname tú, es que la nostalgia me puede cuando recuerdo a mi bendita madre.

Aida Valle










096. MUJER DE MINERO

Gustaba recordar sus días en el carbón, siempre decía que Lebu producía el mejor, e imaginaba que una de sus paladas llegaba a la misma Inglaterra, quizás a los hornos de la Reina. Quiso seguir la tradición familiar, siempre ligada a la actividad, era de picota y pala para tomar lo que habían dejado las excavadoras, para después ver satisfecho las vagonetas llenas dirigirse hacia arriba. Amaba su actividad, "como minero carbonífero, soy pura sangre", solía decir. Sin embargo, al finalizar cada jornada, sufría una mutación que lo mostraba de una manera especial, se preparaba para encontrarse con su amada; la ansiedad hacía que el tiempo se alargara como los túneles de la mina, y que terminaba cuando sus encallecidas manos acariciaban su rostro, siempre sonriente, ajado por los años, pero que cuando lo miraba con sus ojos profundos y negros, como el carbón de Lebu, agradecía a esa tierra habérsela dado.

Tercio







095. EL SOL DE LEBU

Como de costumbre, Martín y sus amigos caminaron a casa al salir de la escuela. Martín siempre terminaba el trayecto solo por ser el que vivía más retirado; sin embargo ese día decidió cambiar de ruta y enfiló por un sendero empedrado que lo condujo al cementerio. Casualmente desvió la mirada al interior y vio a un anciano sentado que miraba las lápidas, no le dio importancia y siguió su camino. Al día siguiente volvió a pasar por el cementerio, el anciano permaneció en el mismo sitio, concentrado en admirar las lápidas. Al tercer día Martín se atrevió a cuestionar al anciano en su afán por descubrir qué pensaba. El anciano le respondió que la ciudad de Lebu le había parecido desde su llegada el lugar ideal para morir y eso esperaba. Martín agitó la cabeza y alegremente le dijo:
–Vive mientras tanto y disfruta de ser lebulense. Ven, la ciudad te espera.

Arsellus

094. LEYENDAS DE LEBU

Cuenta la leyenda que los organizadores del Festival de Cine de Lebu, tras la última proyección de la última cinta del último festival organizado, encontraron de manera fortuita e inesperada el legendario tesoro de la Caverna de Benavides. Estaba escondido en una pequeña abertura de una gran grieta al fondo de una de las galerías acondicionadas para las proyecciones. Y lo encontraron únicamente porque una simple palomita de maíz rodó hasta allí. Lo demás, es historia; o más bien leyenda.
Lo que no cuenta la leyenda son las apariciones de un indio mapuche ancestral que desde entonces frecuenta todas las proyecciones del festival en turno. Nadie le ha preguntado su motivo para aparecerse por razones obvias (exceso de miedo), pero su gesto adusto respecto al manejo de las finanzas en el lugar hace pensar que vela por el buen aprovechamiento del tesoro en pro de las próximas generaciones de cinéfilos.

1300

martes, 21 de febrero de 2017

093. BELLEZA OCULTA

La pequeña ciudad de Lebu oculta una de las más bellas vistas tanto diurnas como nocturnas. ¿Imaginas lo que es despertar y poder ver la montaña brillando en todo su esplendor? ¿Las aguas cristalinas?
U observar de noche, a través de tus ventanas, las luces que alumbran a la ciudad dándole un aspecto fantástico a la vista de las personas.
Cada ciudad esconde bellos secretos que no muchos saben apreciar y ésta, es una ciudad que merece ser vista por lo menos una vez en la vida. Poder pasear a través de los puentes mientras ves tu reflejo en el agua cristalina.
Es una sensación indescriptible.

Crystal









092. VIAJE INEXPLICABLE

Ángel Meléndez tenía una esperanza en salir de la pobreza en el pequeño poblado de Los Sauces y la única manera era haciendo dinero en gran manera; una maravillosa idea cruzó por su mente, para ello agarró el ferrocarril temprano rumbo a la mina carbonífera de Lebu, aunque anhelaba disfrutar del paisaje desde la ventana, no pudo evitar que los párpados se cerraran en vista al agotamiento en que se hallaba.
—Señor, tenga la amabilidad de despertar.
La voz sonaba confusa, Ángel se sentía como si todo su ser estuviera atrapado en una neblina.
—¡Ah, cierto! —despertó sobresaltado—. ¿He llegado, verdad?
—Si, señor, usted ha llegado a su destino —respondió de nuevo la atractiva mujer.
—Seré rico, finalmente haré mi sueño realidad, seré rico realmente.
—¿De qué habla?
—¿Es la mina de Lebu, o no?
—¡Hey!, saca al señor del vagón que ya llegamos al manicomio, Lucía —ordenó el conductor del tren.

Yukeyi

lunes, 20 de febrero de 2017

091. VARADO EN TU RECUERDO

Existían diferentes maneras de devolver al tiempo, el tiempo perdido. Fue aquella foto, de aquel verano que pasamos en Lebu, que encendió en mí ese espíritu nostálgico. Apuré una sonrisa, sosteniendo tembloroso la foto ante mí, antes que le ganara la carrera una primera lágrima. Tu mueca, la mirada perdida al piso y esa sonrisa agridulce captaba en perfecta precisión todo el daño que nos habíamos hecho con todo el amor que sentíamos uno por el otro. Vos querías algo más de la vida, y yo, atando cabos y desvelándome noches enteras, caí en la cuenta de que no me había convertido en el hombre que esperaba ser. Todo tu amor para todo mi desvelo. Lebu se llevó la última gota de inocencia que a alguno de los dos podía quedarle. Y es hoy que me encuentro, varado en tu recuerdo, rememorando con estas fotos; amor, necesito de usted todos sus momentos.

Julio Álvarez

090. TESOROS ESCONDIDOS

Como buscador de tesoros mi ambición me llevó a Chile, tierra pródiga en metales preciosos e historias deslumbrantes. Siguiendo el rastro de mitos y leyendas llegué a una ciudad costera. Desde la plaza de armas recorrí sus calles buscando la parte alta del poblado. Al llegar al mirador, observé el río, el valle, las playas y las míticas grutas donde según los dichos Vicente Benavides escondía sus tesoros. ¿Dónde estarán esas riquezas? Por horas me extasié con aquel paraje, en silencio, pensaba cómo habría sido la estrategia, cuál el mejor lugar para ocultar tesoros tan valiosos. Con la puesta de sol las sombras se alargaron, las playas de arenas blancas mutaron de color, el carbón de las minas convertido en noche cubrió con su manto el resplandeciente oro del sol y el fino brillo de la plata fundida en la espuma del mar. Así descubrí el verdadero tesoro de Lebu, sus paisajes.

Mahuda

089. LA IMAGINACIÓN DEL NIÑO MODERNO

Cuando pequeño mi padre me dijo que eran brujas las que rugían en las cavernas de la playa y que aparecían cuando los niños se portaban mal; yo le creí y me portaba bien. Algo ya grandote supe que eran las olas del mar ¡Qué linda es la imaginación de un niño!
Ahora, cuando le dije a mi hijito que en las cavernas habitan brujas que aparecen cuando los niños se portan mal, no imaginé que él partiría tan veloz cueva adentro para cazarlas.
¡Ay! Si no encuentro rápido a este pergüetano, de verdad escucharé el rugir de la bruja en mi cueva. 

Jatoto








088. CÍRCULOS

Me tomé una foto con unos escritores en las arenas cercanas al Parque Eólico de Lebu. En un granito de fina superficie de playa se reproducía la misma escena. No éramos nosotros. Allí, un nuevo granito contenía un escenario similar. La sucesión se repetía a cada segundo, mientras iba formándose una cadena indefinible. En un eslabón muy lejano, el sol se tragaba el paisaje. En el siguiente, soplaba el viento; reaparecíamos.

Angelito del sol






sábado, 18 de febrero de 2017

087. AVISO IMPORTANTE

Las olas parecen querer engullir la playa de Lebu pacífica y ordenadamente pero con insistencia. Van llegando por turnos a la costa con sus majestuosos rizos de espuma. Presentan así, celosas, sus credenciales a la ciudad que creció junto al río. Se advierte a transeúntes de sensibilidad singular y también a foráneos que los paseos junto al agua pueden resultar hipnóticos. De notar mareos o sensación de ofuscamiento se aconseja dar la espalda al oleaje y correr a refugiarse en la selva para escapar del embrujo del mar. 

Anna Purna








086. ACOMPÁÑAME AL NUEVO MUNDO

¡Corran! Eso es lo que grita mi superiora, y yo la obedezco, así escapo de los gritos acompañados de sufrimiento, de las lágrimas manchadas con sangre y de los últimos recuerdos, pero en medio de esta frondosidad en la que me encuentro, mientras aprieto la cruz de mi pecho, creo que debo regresar, la cuestión no es obedecer la orden, lo importante es afrontar con la cabeza en alto lo que está pasando, tomar de la mano a quien está en apuros y decirle que me acompañe, porque vamos a un lugar hermoso, donde el río borra las lágrimas y el futuro nuestro pecado. ¡Vamos! Que juntos debemos poner la primera piedra, así esta guerra, sea a muerte, la vamos a luchar, porque así nos convertiremos en los cimientos de una generación que podrá ser libre.

J. A. Rico

viernes, 17 de febrero de 2017

085. PASAJE AL INFIERNO

Injusticias, desarraigo, desamparado elegí mal. Obligado pude escaparme de mi país. Señor... Venimos de Lebu, zona minera en Chile. Me corre el régimen del general Augusto Pinochet. Hace días, que trajinamos por el hall de la estación Retiro. ¿No me dejaría dormir en la casa rodante, que van a rifar? Si me da trabajo, se la cuido...
Paradojas de la vida. Rifé mi vida y la de mi familia por motivos políticos. Creo que fui un mal padre. Un jefe, egoísta, cobarde... Por mi soberbia los estoy condenando a todos. Era más fácil quedarse, que huir. Me equivoqué feo...
Me pertreché una noche con trabajadores mineros. Fuimos perseguidos. Logré escapar. Salimos con lo puesto, mis dos hijas y mi señora. Estoy a punto de hacer una locura, podrá ayudarme... Les dejo a las tres, se las dejo. Sáquelas de aquí, señor. Cuídelas...
Imploraba llorando, Fernando Molina, antes de abordar el tren al infierno...

Isidoro Guidrobros

084. EL CIELO

Que se ha de hacer, señor; así es la vida. ¡Qué lejos se nos queda ya el pasado; pero no a nuestros ancestros, ellos que nunca dejarán de mirar hacia arriba, sea primavera, verano, otoño o invierno! Siempre con un ojo en las labores del campo y otro en el cielo. Mientras los más jóvenes se conectan a internet para
indagar en páginas que avanzan preocupantes pronósticos de escasez de lluvias y en los que auguran que seguirá brillando el sol, los más ancianos de Lebu, previa consulta ósea, vuelven a mirar de nuevo al cielo y exclaman: ¡Mañana lloverá!

Binnotti








083. LA TIERRA DEL ORO NEGRO

En la preciosa provincia de Lebu se esconde un tesoro magnífico, que por muchos años fue el sustento de las familias que allí habitan, pero que sin embargo con el paso de los años y tras la llegada de los adelantos modernos, fue quedando en el olvido. No obstante hace poco ha llegado al lugar un joven intrépido y muy inquieto, decidido a rescatar las antiguas tradiciones mineras, sin saber que en la búsqueda de su propósito, se topará con múltiples obstáculos, como por ejemplo la férrea oposición del alcalde de la ciudad, pero por otro lado contando con el apoyo incondicional de aquellas humildes familias que sienten añoranza de aquella época inolvidable en que las minas carboneras eran el motor.

La sombra de la noche








082. LEBU, 154 AÑOS. VOY DE VUELTA

Ongolmo, Pelantaro, Lepiñanco, Paicaví, esos nombres tan propios de calles de Lebu, siempre están conmigo, y cuando en invierno sopla el norte acá en estas tierras, al recordarlos siento una sensación de abrigo, de refugio, de amparo, siempre las recuerdo húmedas de lluvia, o cálidas de sol, a veces repito sus nombres tratando de inventarme una melodía y la rima me suena alegre haciéndose mi compañera gran parte del día.
Han pasado muchas lunas llenas, esas lunas grandes que dibujan esa estela en el mar que parece un plateado camino que de cruzarlo parece llegaremos a un bello lugar. Espero volver a soñar contemplando esos paisajes que sólo Lebu te entrega. Llegaré cantando mi tonadilla por la Prolongación Prat. Cuando camine hacia esta tierra, me iré empapando de su aire, de su color verde, deseo sea en invierno y bajo un aguacero reencontrarme con Lebu.

Olibiyos

jueves, 16 de febrero de 2017

081. CAVERNA DE BENAVIDES

Su padre le prohibió ver a Rodrigo después del accidente, pero ellos se veían a escondidas en la Caverna de Benavides, teniendo mucho cuidado que nadie se enterara ni los siguieran.
Cuando los padres de Rosario viajaron a Santiago, Rosario se comunicó con Rodrigo para reunirse en su escondite y era tanta su emoción, que no se percató que su hermano la siguió.
Ellos se sentaban dentro de la caverna, a conversar abrazados frente al mar, a veces se besaban prolongadamente, olvidándolo todo, sólo sintiéndose el uno con el otro.
De pronto se escuchó la voz de su padre, quien furiosamente la arrancó de sus brazos y se la llevó para siempre de lado para nunca volverse a ver.
Pasaron diez años y Rosario volvió a Lebu al funeral de su padre y después del entierro fue a la Caverna a recordar aquellos momentos felices y al entrar, él la estaba esperando.

Andy





miércoles, 15 de febrero de 2017

080. SECRETO LEBULENSE EN CIENTO CINCUENTA Y CUATRO PALABRAS

Domitila, de noventa y siete años siente que será llamada por el Señor y decide convocar a sus nietas, dos de la cuales acuden al llamado de la abuela quien les dice:
"Queridas nietas; esta noche me iré de este mundo, sin embargo, quiero que sepan que he sido muy feliz, he vivido en un lugar tranquilo, he conocido el valor del trabajo y la amistad, hice una hermosa familia, crié a mis hijas y nietas, siendo sólo ustedes mis nietas, Carola y Paulina, quienes hoy han atendido mi llamado de despedida; quiero contarles la leyenda familiar que ha pasado de generación tras generación y habla de la ubicación exacta del tesoro de Benavides, yo la aprendí de mi madre, ella de mi abuela y así sucesivamente, éste se encuentra ubicado efectivamente donde todos dicen en la playa Millaneco de nuestro amado Lebu en la grieta que da justo al costado derecho de..." 

Artemisa






079. MARÍA ANTONIA

Había sido un amor a primera vista, no hay que dudarlo, ambos bifurcamos nuestros destinos como por arte de magia: a ella la esperaban en Los Álamos; a mí las araucarias con más de 2000 años, las flores de los copihues, los zorros y los pájaros carpinteros negros; pero todo se nos hizo pedazos cuando decidimos seguir viaje hasta Lebu; acaso un amor a primera vista no lo merece.
Pensábamos tomar el buscarril al día siguiente, pero éste jamás volvió a Lebu; soñábamos sentir la pasión intemperante de penetrar con un beso largo y apasionado por la sombra cadenciosa del Sanzana, al vaivén de su curva en "S", pero nos quedamos allí complacidos de disfrutar los atardeceres, metiéndose entre las olas y el amanecer poético de Lebu.
Que fue un amor a primera vista, no hay que dudarlo; María Antonia fue algo extraordinario; tan extraordinario como la tibia cadencia de Lebu.

Joseth Anlocuet Louet      

078. EL TREN A LEBU

Abordé el buscarril a Lebu en la misma estación de Los Sauces; mi objetivo, visitar el Parque Nahuelbuta; quería encontrarme con aquel paraíso que la naturaleza nos obsequia; allí me hubiera quedado de no ser por María Antonia, quien abordó el buscarril en Purén, para venir a sentarse a mi lado en la misma butaca del coche.
-¿Llega usted hasta Lebu...?-le pregunté; ella sonrió antes de responderme:
-No, voy hasta Los Álamos ¿y, usted...? -titubeé, yo conocía por mi mapa todo el recorrido del tren a Lebu; si me quedaba en Nahuelbuta me perdería el andar casi todo el recorrido con María Antonio; por eso le respondí:
-No, voy hasta Lebu... -ella volvió a sonreír, seguimos hablando mientras las estaciones se sucedían lentamente; cadenciosas como el buscarril en su recorrido. En el túnel Sanzana nos dimos un beso largo y apasionado; cruzamos Los Álamos y, María Antonia continuó su viaje hasta Lebu.

Joseth Anlocuet Louet



martes, 14 de febrero de 2017

077. EL HOMBRE DE LAS OLAS

Le decían "el hombre de las olas" porque todos los días, al atardecer, salía de casa y caminaba la larga avenida que iba en dirección al mar. Llevaba un gorro de lana negro, de poeta, creo, y un abrigo largo que cortaba las olas a dos tajos con el viento. Recuerdo haberlo visto pasear por Playa Grande de Lebu con un poema entre los labios para regalárselo a Perséfone de quién estaba perdidamente enamorado, pero era raro que él, en tanto poeta, no se hubiera enterado del rapto de su amada. Un día desapareció de la playa y las olas entristecidas se recogieron en sus aguas. Cuentan que la última vez que lo vieron caminaba otra ciudad como un iluminado. Llevaba un bastón negro, de madera, en la mano izquierda y entre los labios un verso salado de amor para entregárselo a su adorada Perséfone de Lebu.

Ubel





lunes, 13 de febrero de 2017

076. LEBU

En esta ocasión, les hablaré sobre este maravilloso lugar; comenzaré contándoles que tiene origen del mapudungun -leuvu- "río", esta ciudad se fundó en octubre del '62, se le dice "ciudad del viento", es un lugar con hermosa vegetación, tiene una hermosa playa que te envuelve con la belleza de sus olas y la frescura de la brisa en tu rostro, es algo con un tono sin igual.
Turismo; un principal atractivo turístico es, la "Caverna de Benavides"; allí iba con mi abuelo por las mañanas. Él me contaba travesuras de cuando era pequeño, también me contaba mitos y leyendas de la zona, luego de estar por horas inmerso en aquella fantasía, llegaba papá, me iba con él a casa entristecido, pero sabía que luego volvería a oír esas fabulosas historias, dentro de poco y eso me volvía a alegrar.

Rosy







075. EL VIAJE

Ya se cumplía el plazo y el momento que aquel hombre había estado soñando se estaba acercando fugazmente. Aún recordaba aquel cobrizo atardecer, en donde aquel viento parecía abrazarlo y mecerlo suavemente como augurando su temprana despedida. En donde transitaba por finos caminos desconocidos, pero esperanzadores, caminos llenos de dudas, pero también de oportunidades, las cuales sólo él conocía.
Ahora el camino de retorno se ensanchaba frente a él, entregándole nuevas visiones de un todo y recibiéndolo dichoso. Ya no tenía miedo de volver a sus orígenes, los cuales muchas veces parecían perdidos y olvidados. Ahora su esencia peregrina se mezclaba fuerte con su madre tierra recorriendo y admirando las calles de un Lebu trasmutado para sus ojos, pero de una belleza imborrable. Ahora transitaba por las mismas que lo vieron partir hace treinta años atrás, las mismas que lo vieron volar, pero jamás olvidar.   

Diego Labarca

074. PIRATAS DE LEBU

"A las 8 por el gym", decía el escueto mensaje. ¿Seguirá igual de linda?, repasé bajo la ducha. Fui puntual. Ella no. Temblaba como en el 2010. Arranca, dijo aún transpirada, y tomé el camino a la Caverna.Preguntó por mis hijos. Con naturalidad se quitó el anillo. También indagué por los suyos. ¿Vamos a alguna parte?, mencioné no muy convencido. Total nosotros ya nos conocemos, respondió acortando los tiempos. Procesé esas palabras y me animé a replicar. ¿Te parece donde aquella vez? Sonrió. No, busquemos algo más cerca, y con el mar de testigo, acercó a mi boca su fuego salado.

Honey









sábado, 11 de febrero de 2017

073. EL REGRESO

El cuerpo grueso de Elsa se balancea al compás del andar del colectivo. Después de treinta minutos llega a la plaza de Lebu. Oscureció.
Rebusca el dinero en la cartera, cuando una sombra se aproxima. Elsa percibe el frío filo de la navaja en la nuca. Entonces cierra un rollizo puño de nudillos filosos y arroja un golpe. Un ruido seco, de huesos que se rompen, inunda el lugar. Después un llanto quejumbroso y después, sólo silencio.
La oscuridad abrasa la habitación cuando se despierta. A su lado, el cuerpo inerte de su hijo no es una pesadilla.

Linh






072. MARÍA TERESA A LAS CINCO DE LA TARDE

En la modesta puerta de su casa en Boca Lebu María Mercedes esperaba a Juanito Manuel todos los días a las cinco de la tarde. El café de higo caliente, el pan de mina y los huevos azules revueltos... así esperaba a ese hijo amado -único recuerdo que le había dejado su marido que había desaparecido en el pique Anita hacía 20 años.
El chiquillo era su consuelo y razón de vivir, ya era todo un hombre y como todo hijo de minero se hizo a la mina a los 17 años y entró al pique Amalia que lo esperaba con ansias de oscura y oculta amante.
María Mercedes perdió su norte ese nefasto día en que las fauces hambrientas y despiadadas del pique Amalia se tragaron a ocho muchachos, ella seguía esperando a Juanito Manuel que de seguro llegaría luego, muy luego.

Telesila









jueves, 9 de febrero de 2017

071. COSAS VALIOSAS, LUGARES PRECIOSOS

Mi madre cree que iré a dormir, pero tengo otras cosas en mente. Siempre me ha gustado aventurarme en, lo que yo considero, el lugar más hermoso del mundo. Lleno de cosas interesantes que te cautivan al instante.
Hoy atravesaré la Caverna Benavides para llegar a la Cueva del Toro. He estado allí muchas veces, pero nunca de noche. Creo que si la ciudad es capaz de producir pasión con todos esos focos en tonos naranjas de los edificios, mezclando sus luces entre sí, este ambiente natural también puede hacerlo.
Todos dicen que las olas producen un interesante sonido como el resoplido de un toro, pero para mí se asemeja al de un panal de abejas. Este lugar crea una perspectiva única en cada persona.
Para mi sorpresa cuando llego allí no estoy sola, hay un chico que observa la luz de la luna reflejada como una línea sobre el imponente mar. 

J. L. Barcos.

070. MÁS QUE EL ORO

Las ventajas de vivir en un lugar poco conocido es que los secretos que esconde tendrán una historia más grande que los de cualquier otra parte del mundo.
He vivido en Lebu desde que tengo memoria y hasta ese momento nunca me había fascinado; pero esa noche supe que debía ir allí afuera y descubrir si era verdadero lo que se decía.
Mi destino fue una cueva, todos hablaban de ella y por allí debía empezar. Decían que había oro, y turistas iban allí a buscar el tesoro, por ello decidí ir de noche para no encontrar a nadie.
Esa caverna era como una estación donde los trenes te llevaban a hermosos destinos. Caminé mucho y comprendí lo tonto que fui al pensar que vivía en un pueblo ordinario.
No encontré oro, pero si una hermosa playa donde la luna se reflejaba en el agua. Todo aquello me cautivó enseguida.

J. L. Barcos






069. DOS HISTORIAS y UN LUGAR

El chico:

Tras unos minutos, distraído con la luz de la luna, escuché que alguien se acercaba y me giré inmediatamente. Por mi mente pasaron al instante las palabras "asesinato, robo, secuestro", pero para mi sorpresa se trataba de la chica más hermosa que había visto en la vida.
Una extensa conversación bastó para saber que estaba enamorado completamente de ella, no de una manera leve, sino de la manera más profunda y sincera.

La chica:

Llegué allí pensando que mi blog se llenaría de otro contenido sobre destinos turísticos, y así fue, pero también conocí a una de las mejores personas del mundo. No creía en el amor a primera vista, pero no puedo negar que estoy enamorada. ¿Sentirá él lo mismo?
El verdadero tesoro que esconden estos lugares, no se trata de oro, sino de magia. Magia capaz de unir a dos desconocidos que sólo querían admirar la belleza del paisaje.

J. L. Barcos




068. CHILE SIN LEBU

Lebu, poco que decir sin haber estado allí alguna vez en tu vida, pero mucho que decir con haber escuchado un adjetivo que le describa. Todo lo que se oye de ahí es bueno sin importar el grado descriptivo. Yo que tengo familiares en Chile y que viven en la capital sólo han estado ahí una única vez de la cual se han quedado con un recuerdo bonito para toda la vida guardándose el derecho a volver cualquier día. 
Este pueblo, por no llamarlo ciudad ya que se merece ese nombre por todo lo que tiene, se podría describir en una única palabra, único. Chile sin Lebu no es Chile.

Orujos






067. LA PIEDRA DEL TORO DE LEBU

Había una playa, la cual era llamada playa de la cueva; es donde unas bellas doncellas acudían muy seguido ya que se les hacía muy discreta, pero había personas que les interesaba verlas desnudas entonces a los papás no les gustaba eso, por lo cual pusieron un toro para que las cuidara, cada vez que se acechaba algún chico se escuchaban los bramidos del toro guardián, no había persona que lo pudiera pasar, trataban de burlarlo, hasta que llegó un chico muy astuto, con ingenioso engaño, logró que la bestia se acercara a los acantilados entonces una gigantesca ola hundió al animal en el rabioso mar. 
Desde entonces es llamada la "Piedra de Toro", todavía se escuchan sus bramidos para advertir que él sigue ahí vigilando a las muchachas, todas las noches se escucha su bramido en toda la ciudad de Lebu para hacerse presente. 

Labios







066. EL ESPEJO

Iba en un automóvil en la carretera Lebu-Tres pinos, cuando de pronto vi cómo un carro venía de frente, sólo vi un resplandor, llegué a mi casa y vi a mi esposa quebrada en llanto, en frente de un espejo y me asomé en el espejo y no me vi, es ahí cuando me di cuenta que había muerto en el accidente automovilístico.

Alev








miércoles, 8 de febrero de 2017

065. LIHUÉN

El día que Chile perdió la final del Mundial nos emborrachamos en una taberna cercana a la bocana del río Lebu. La misma por donde el tsunami entró con furia un sábado de madrugada para empotrar toneladas de lanchas contra el puente. También de madrugada supe que aquella ascendente de mapuches, cuyo nombre significaba luz, se convertiría en mi futura esposa. Nos escuchamos, porque la vida a veces se vive como te la han referido. Hijo de lebulenses, conté con un trastarabuelo que fue empleado de la oficina telegráfica. De él quedaron impregnados en la familia los días de terror vividos en la misión del Imperial. El asedio de los indios trajo desesperados mensajes de auxilio a Lebu: "No quiero pintar estos desastres tal y como los conozco, por no alarmar". Afortunadamente, los vientos que dan el sobrenombre de nuestra pequeña ciudad de mar se llevaron esas muertes Nos besamos esperanzados. Habría otro final.. 

Reni





martes, 7 de febrero de 2017

064. BAJO SU PROTECCIÓN

Miguel viajaba del sur hacia el norte en su corcel plateado, al que llamaba "Roci", iba en busca de la emperatriz, pero la travesía no era nada fácil, tan es así que se encontró en los campos de Chim, donde abundaban monstruos gigantescos con brazos largos de hasta ochenta metros, él, como todo hombre de honor y valentía, sujetó fuertemente a Roci y se encaminaron a toda velocidad contra esos gigantes mientras gritaba -ya verán bellacos-, Miguel agachaba la cabeza cuando pasaba entre los gigantes, pues así esquivaba sus golpes, al ver que estos atemorizados gigantes no emprendieron acción en su contra, siguió su camino. Se encontraba al fin sobre la arena de la playa en Lebu, donde se postra la emperatriz vestida siempre de pureza, se arrodilló para pedir su protección, como la que da a los pobladores, y se estableció en la ciudad carbonera, para ser un hijohidalgo de esta tierra.

Rigar










063. EL PREMIO

La noche anterior soñó que no era su película la elegida como ganadora en el Festival de Cine de Lebu. Y mientras el triunfador recibía la preciada estatuilla acompañada por los cálidos aplausos del público asistente, él se perdía abatido por las galerías de la cueva de Benavides. Su triste deambular se vio interrumpido por el tenue brillo que asomaba tras unas piedras. No tardó en descubrir que se trataba del legendario tesoro escondido del famoso montonero.
Al día siguiente, cuando la bella presentadora dio su nombre y todas las miradas se posaron en él, le invadió una extraña sensación de alegría y decepción.

Calamardo








062. DENTRO DEL TÚNEL

Don Agustín es un ferviente promotor del patrimonio arquitectónico del túnel "La Esperanza", en Lebu, cada mes don Agustín realiza una excursión a la zona, partiendo desde la antigua estación ferroviaria, en el actual Liceo Bicentenario Isidora Ramos, una vez recorridos casi dos kilómetros y medio, contempla la maravillosa entrada de piedra perfectamente labrada, que conduce el camino bajo la colina. Cuando algunas personas lo acompañan,  relatan historias de cuando el ferrocarril transportaba grandes cantidades de carbón, de la mina de Lebu, posteriormente también madera y vagones de pasajeros en sus últimos años de uso, una construcción histórica de identidad de los pobladores. Una vez que entra don Agustín al túnel, a la mitad de éste, donde se encuentra la curva, escucha en la obscuridad a la locomotora, y se vislumbra haciendo sonar el silbato antes de entrar al túnel, rememorando los años de cuando fue ferrocarrilero de Lebu.

Rigar








jueves, 2 de febrero de 2017

061. EL MONTONERO

El montonero enfermo quedó, y el tesoro de Benavides él escondió, cuando al fin su día llegó, el tesoro no desenterró.

Los Piratas del Caribe

miércoles, 1 de febrero de 2017

060. LA LECTURA DEL MAR

Acostumbrada a leer observando el mar por su ventana, sentía que de esta forma las historias sobre marinos tomaban vida. A medida que el tiempo avanzaba deseaba estar cada vez más cerca del mar, de a poco éste iba formando parte de su día a día. Era un 27 de febrero y ella se encontraba sentada a menos de un metro del mar, la conexión entre ambos era tan fuerte que no pudo dar respuesta a los gritos de advertencia. Fue entonces cuando el mar decidió llevarla.

Escribina








059. SIEMPRE VOLVERÉ

Recorrimos silenciosamente la orilla del mar, enriqueciendo nuestros pulmones de aquella brisa tan característica de la zona, al tocar mi mano el tiempo se detuvo, llegamos a una gran caverna natural, en donde recogió una piedra la cual ató a una raíz natural que sobresalía de las rocas. Al obsequiármela dijo: "Cuando el tiempo desee borrar estos recuerdos, toca esto y no se irán". Tiempo después concurría a aquel lugar todos los veranos, buscando el rastro de aquel muchacho.

Escribina












058. CONEXIÓN

Ambos nacimos, lloramos, exploramos, reímos, amamos, nos desilusionamos, crecimos, cometimos errores, teníamos tanto en común, fue por eso que ambos decidimos viajar al mismo lugar, estuvimos en aquella playa, entramos a la misma caverna, ambos deseábamos conocer a nuestro amor ese verano, ambos queríamos conocer el amor a primera vista... Y así fue, ambos nos enamoramos, pero no de un quien, sino de un lugar, un lugar que llenó nuestras vidas de felicidad... Lebu.

Escribina