Años atrás fui con mis padres a la murtilla a un lugar llamado Catribolí, perteneciente a la Comuna de Lebu, muy conocido por mi papá ya que había nacido e ido a la escuela en ese lugar junto a sus hermanos. Caminamos algunas horas por el monte y cuando teníamos llenos los canastos con el preciado fruto silvestre nos dispusimos a regresar a casa.
Buscamos el camino de salida, pero ocurrió algo muy curioso pues dábamos vueltas y vueltas, bajábamos por las quebradas, caminábamos otro tanto y luego regresábamos al mismo lugar. Mi papá empezó a preocuparse y gritaba desesperadamente pidiéndole al Señor que lo orientara para encontrar el camino de regreso. Mi mamá oraba en silencio.
Así pasó un largo período de tiempo hasta que por fin encontramos la salida.
Esta experiencia, para mi sobrenatural, me causó tanto temor que desde ese día no he vuelto a un mutillar.
Petrona
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