miércoles, 22 de febrero de 2017

101. POR TRABAJO LLEGUÉ... POR AMOR ME QUEDÉ

Como experta comercial de una empresa española en expansión, por la Región del Biobío. Soy una mujer centrada en el trabajo y con poca vida social.
Sola e inquieta debido a la marcada distancia de casa. Seguí el consejo de Ricardo, mentor y lugareño, y bajé a la playa de Lebu. El día estaba algo nublado pero el ruido de las olas parecía una música celestial que
relajaba los sentidos y te preparaba para el disfrute de las preciosas vistas. Una señora que también disfrutaba del silencio ensordecedor de las olas. Sacó dos piezas de fruta de su bolso. Una de ellas me la ofreció a mí, sin mediar una sola palabra. Sin que pudiera rechazarla consiguió despertar en mí la más dulce curiosidad por la zona y por su gente. Han pasado dos años desde aquel día y cada minuto que sigo en esta ciudad me enamoro más y más de ella.

Suan

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