Leo Stazzito
Licencia
Extemporánea Básica para Utopías, LEBU. El agente se la entregó y le dijo:
“Úsala cuando desees algo importante, solo la podrás utilizar una vez”.
Abandonó la Oficina de Sueños Imposibles cavilando acerca de en qué emplearla:
si en que los vecinos de su barrio, el más pobre de la ciudad, tuvieran para
comer durante un año (las licencias básicas poseían esa duración); o en si en un
viaje de 365 días por el mundo, su anhelo vital.
Esa noche no
durmió. La luz de la luna iluminaba sus maletas junto al armario. Se imaginaba
conociendo a las tribus nómadas de África, sobrevolando en globo la estepa
norteamericana, descansando a los pies del Taj Mahal… De repente, el grito de
un niño en la casita de al lado: “¡Mamá, tengo hambre!”. Y la respuesta de ella: “¡Y yo también, hijo
mío!”. Entonces cerró los ojos e hizo ejecutar su deseo.
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