Caupolicán
Mi
padre falleció en las minas de Lota, cuando yo tenía 15 años. Fue así que nos
mudamos a lo de la tía Margarita. Por necesidades económicas tuve que empezar a
trabajar. Ella nos presentó a don Carlos, su compadre solterón, aunque tengo las
sospechas de que eran más que eso. Este pescador, tenía una lancha de color
blanca con líneas rojas, que llevaba por nombre “La Bella Sirena”, ese nombre
me llamo la atención, siendo lo primero que pregunté en mi primer día laboral.
Después de un suspiro me dijo, conocí
una sirena, de belleza inigualable que cada madrugada me acompañaba
nadando a la par, contándome historias fantásticas y diciéndome donde debía
arrojar la red. Hasta que un día, luego de un tifón, jamás la volví a ver. Por
eso cada tarde voy a diferentes cerros de Lebu y mirando a la mar, me pregunto
dónde estarás.
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