Angélica Adriana
Ahí
estaba, sentada en el suelo, sosteniendo un par de fotografías en su mano y
otras muchas regadas por todas partes; pero ¿quién era esa mujer abandonada en
un rincón de la sala tan triste y con su mirada llena de lágrimas?... era mi
madre, refugiada en sus pensamientos como Benavides en la Caverna de Lebu,
reviviendo el pasado que fue con cada fotografía; de pronto se detuvo en una,
la imagen de cuando era niña y recordó los sueños que nunca cumplió… y se
lamentaba. Ahí estaba yo parada, observándola en silencio y supe que al crecer
me sentaría en un rincón de la sala a mirar fotografías del pasado y lamentar
lo que nunca hice, eso es lo que hacen los grandes, pensé.
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