Phaebos
Como profesor de matemática, a Pab solían invitarle a hacer
charlas muchas escuelas. Esa vez le invitaron a una charla en una escuela de
Lebu. No como profesor, sino como observador. No
una charla de matemática, sino de redacción para niños.
Como escritor ya sin mucho tiempo para escribir, a Pab le encantó
la idea de asistir. Hizo maletas y viajó a Lebu.
En una actividad de la
charla, se les pidió a los alumnos escribir una versión propia de alguno de sus
cuentos favoritos. Cual no fue la sorpresa de Pab cuando se le pidió a una
alumna leer su versión y esta contara una versión de un cuento que el propio
Pab había escrito.
Aquella noche, Pab canceló muchas charlas y, desde entonces, solo
aceptó pocas por mes. Decidió tener tiempo para escribir.
Dos meses después, se vio
a Pab, sonriente, presentar su libro de cuentos en una librería.
^^
ResponderEliminarqué genial es para un escritor darse cuenta de que lo que hace como un pasatiempo es simplemente una reliquia para otra persona...
cuántos escritores no hubieran abandonado sus carreras si tan solo alguien les hubiera mostrado que sus creaciones eran una linda narración...
me alegra saber que tomas algo muy normal en la vida de un escritor, combinarlo con la coincidencia de hallar a alguien para quién la obra del escritor es una reliquia... y rematarlo con una escena que todo escritor debiera vivir en su vida: la de sonreír sabiendo que su obra es una linda historia en el recuerdo de alguien, :)
me encantó...
como tutor y educador en talleres para niños, me das una excelente idea...