Amigo Gallego
Allí
estábamos ante el ilustre juez; leyó con parsimonia el testamento y todos
aceptamos la voluntad de aquel acuerdo. Una vez leído, nos llevó a la Piedra Bramido del Toro, en la que
había una mesa, con sus cenizas sobre
ella.
Tomó
la palabra y dijo: _ Cuando la tristeza
llama a nuestra puerta, siempre
entre caballeros, echar al aire las cenizas de nuestro difundo amigo, es
un acto de cariño y respeto.
_Ésta
urna así alzada, significa el sentido de tener entre las manos nostalgias de
pasados que, con aromas de cielo, envuelven el corazón de gratos recuerdos_, y
un silencio enmudeció nuestras almas .Así son las despedidas, pensé, las
autenticas, las que encierran las verdades y los sentimientos.
Y
al esparcir sus cenizas el viento en este
lugar mágico de Lebu, pudimos oír por última vez el susurro de su voz como un sueño que despierta
nuestros anhelos.
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