lunes, 4 de noviembre de 2013

66 ESPERANDO

Salvador Peña

Cerraba la ventana de la avioneta, mientras yo corría por la pista. Jadeando le grité por la ventana:
 – ¡A dónde vas!  
– ¡A Isla Mocha! – respondió un tanto nerviosa. 
El avión partió y me quedé hablando solo  – pero a quien le pediste permiso, y es que ni un beso me diste – repetía una y otra vez. 

Ensimismado partí a Lebu caminando. Me fui por la calle Camarón memorizando todos los lugares con flores, para cortarlas y entregárselas cuando volviera. No he contado los días, pero me he secado en el Cerro, sentado al lado de la cruz blanca, esperando su retorno. Van y vienen los sonidos de la ciudad. ¿Y tú cuando?, es que ni un beso me diste, y yo aún te espero.

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