038. "Con querer" por Vicente Vazcaro
…habiendo pasado quince minutos Esteban
enciende su tercer cigarrillo. El fuego deja ver su angustiado rostro, el cual
refleja las horas sin dormir, las dudas sin resolver, y la amargura de no
saber.
No la vio venir, hasta que sintió el tirón de
su chaqueta. “Eso. Huye. Corre a Lebu
como lo has hecho siempre que la conciencia te carcome. Déjame como la que
siempre espera y perdona” –Elena gritó por sobre la vergüenza de exponer en
público su dolor-.
Esteban no necesitó mirar a quienes le
rodeaban para sentir la culpa y humillación de aquel instante. Lo complexo de
su egocentrismo le permitió vivir tácitamente su cobardía, más no el sentir de
Elena. Esta propiedad, acomodada convenientemente a su subconsciente,
perduraría en él hasta su último suspiro de su vida…
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