141. “Personas” por Eduardo Ramírez
Camino lentamente con
los demás. Mientras más adelante, la carroza fúnebre avanza flemática,
guiándonos. En Lebu, como en cualquier otra ciudad, sus habitantes son una masa
abigarrada que transita en las calles, con cualidades y defectos varios. Sin
embargo, siempre existe en sus entrañas una persona que las posee todas, malas
como buenas, envidiadas como despreciadas; todas en una persona.
El señor Carlos, era el
de la ciudad. Después de haberme trasladado de Santiago a Lebu, hace tres
meses, su persona no dejaba de ser objeto de historias y chismes. Intrigado por
las habladurías de la gente, fui a su casa. Sólo bastó un mes para agradarme.
Un hombre ecléctico de
cabello cano y barbas largas. Sus conversaciones siempre apasionadas. Lo
acuchillaron un viernes en su casa, al parecer, a algunos el odio les pudo más.
Mientras lo recuerdo,
veo como la boca terrosa devora sus restos mortales, mientras ellos sollozan.
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