104. “Último mensaje”
por Fernando Almeyda
Después de leer cada una
de tus cartas, sentí esa respiración que mi abuela solía llamar ahogada. No
dejo de pensar en aquellas noches en que solo deseaba oír un cuento con el
acento de tu voz. Tu partida siempre fue un misterio para mí. Me abandonabas
cuando ni siquiera cumplía un mes de haber aparcado en esta tierra, tan
injusta, tan miserable, pero tan anhelada por muchos. Aquí en Lebu experimenté
mis deseos de ir contra el mundo, exigiendo respuesta a tu partida.
Ya siento como cada
parte de mi cuerpo se aliviana y desaparece. De haber conocido esta paz, me
hubiese arriesgado antes de dudar. Aun así, me duele oír a Carlos llorar más de
tres veces por semana. Espero que me entienda. No fue fácil huir de ese
sufrimiento.
Sé que leerás esto. Solo
vuelve y hazle saber cuánto lo extraño. Dile que a las flores aun no me
acostumbro.
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