Amar es encontrar en la diferencia sabor a
complicidad, como comensales sentados a una mesa que no entienden de modales ni
destreza y tan sólo importa cada detalle, en un paladar, hecho leyenda.
Y todos somos chef que a base de prueba y error
alcanza el inigualable sabor de sonreír y hacer sentir cosquillas en la piel
ajena.
Cada ingrediente
magistral sólo se encuentra en el lugar donde la razón se funde y se descorcha la paciencia; rebosando luz ,
magia y esencia.
Nunca envidies el plato ajeno, ni hagas de tu vida
pura apariencia, recitaba aquel cocinero
de Lebu buscando secretos de antaño sin mayor pretensión que su sabor, su calor
o el poder de lo que pasó y ahora nos
enseña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario