Una
ráfaga de viento, recorre la ciudad. Inquieta, bulliciosa, con ruido que cala
los huesos, que asusta con el estruendo que provoca. Se dirigió a los cerros,
donde fue atrapada por gigantescos seres de tres brazos, que giraban sin parar
cada vez que aquella ventolera aparecía. Lebu, conocido como la ciudad del
viento, donde este torbellino se quedó, para que las oscuras noches puedan
brillar con su energía.
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