miércoles, 24 de febrero de 2016

093 ELLA

093. “Ella” por Tomás Lobo

Recostado sobre las tibias arenas de Lebu, juntó sus párpados. Cuando abrió sus ojos, parada a sus pies, tapando la luz del sol, ella lo observaba. Lentamente, giró en dirección al mar y dio unos pasos.
-¡Espera, no te vayas!
Ella se volvió, y, como si se tratara de una obviedad, le dijo:
-No pertenezco a aquí.
-Cántame una vez más esa canción, por favor-, suplicó.
-Cuando llegue la hora.
Caminó hacia el mar, con su larga melena ondeando sobre su espalda de amplios hombros, y desapareció ante sus ojos encandilados por el sol del oeste.
Retornó a buscarla infinidad de veces, a la misma hora, el mismo mes… sin volver a verla.

Recostado sobre las tibias arenas de Lebu, ya viejo y cansado, con la última esperanza, cierra los ojos. Ya escucha el canto, la espuma lo cubre y entreabriendo los ojos, la ve, y se deja llevar.   

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