Le había cerrado la puerta al amor:
llevaba dos años soltero. Como razón principal, estaban mis malas experiencias
entre él y yo. Me dedicaba a los estudios y a salir con amigos, sin
comprometerme al conocer a alguna chica. Relaciones sexuales tenía de forma
esporádica, pero no mezclaba sentimientos, era algo carnal solamente. Un día,
cuando iba en la micro, camino a la Universidad técnica en Lebu, me topé con ella. Morena, con un
increíble cuerpo, labios pronunciados y unos ojos que te invitaban a perderte
en ellos. La timidez pudo conmigo, pese a que pensé en acercarme a hablarle. Se
paró para bajarse a unas dos paradas de la mía. Llegando a mi lado, extendió su
mano, que contenía un papel y me lo pasó –sonriendo–. Aparecía en el su número
telefónico. Nos casamos en una Iglesia cercana al río Lebu, hace ya tres años, y a nuestro haber tenemos un hijo.
Marc Liart
Me gustó! Linda historia de amor!
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