jueves, 9 de enero de 2020

043.- INMERSIÓN CASI MÁGICA


   Estaba de viaje por la tierra del gran Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto y me llevaron al histórico río Lebu. Conseguí sumergir mis trémulas manos en él y al sacarlas sentí la imperiosa necesidad de escribir. Ya no sentía el aire golpear mi cara, ahora eran dedos de invisibles elfos los que acariciaban mi ajado rostro; ya no veía la cordillera de Nahuelbuta, sino que, un conjunto de protuberancias terrenales envolvían nuestra feliz estancia en un enclave digno de los mejores versos de un lenguaraz bardo. Llegué a creer que las límpidas aguas de un sinuoso Lebu me habrían regalado un talento que no tenía. Volví a leer el maravilloso “veinte poemas de amor y una canción desesperada” edición de bolsillo que siempre me acompaña y entendí que aun habiendo zambullido mis dedos en este mágico río, me encontraba a años luz de escribir algo tan maravilloso como lo que creó el gran Pablo Neruda.
Olah

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