sábado, 18 de enero de 2020

068.- PRODIGIOSA MÚSICA


La vida me llevó a Lebu, que me saludó con aguaceros y gente huraña.
¡Ignoraba su idiosincrasia!
 Me ocupé con dedicación de la salud de los necesitados.
Me atormentaba la falta de recursos, burocracia, demora en la atención, descortesía en el trato. Estaba aislada, nadie solidarizaba con mis demandas.
Caminando, llegué a la cueva del toro, roca misteriosamente imponente, al borde del mar iracundo.
Oí música celestial. Un virtuoso joven sacaba hermosas melodías de su violín.
Comentaban que así solventaba sus estudios.
Personas subían y bajaban. Risas y gritos en ese monumento natural.
¿Cómo irrespetan al artista? - me preguntaba molesta.
Me concentré en la música, que me alejó preocupaciones y malestares.
Tarde, descendió, tomó sus aportes y marchó.
¡¡¡Yo estaba renovada!!!
Cumplí mi periodo, regresé a Santiago.
Terminada mi beca, volví a Lebu.
 Corrí a escuchar esa prodigiosa música.
Nada era igual. Todo lo arrancó la furia del mar en 2010.
                                                                                                               María Lorenza

No hay comentarios:

Publicar un comentario