En una metrópoli americana, en la
jaula de un rascacielos vivía un matrimonio con su hijo. El niño estaba sumido en
profunda tristeza. Sus padres recurrieron a profesionales pero, nadie hallaba solución
a ese problema infantil. Vino a visitarles el abuelo, que vivía en los campos
de Lebu.
Al ver a su nieto dijo:
−Sé lo que le pasa.
Los padres preguntaron:
−¿Usted conoce el mal del niño?
Él respondió:
−Sí, precisa de las alas de Lebu.
Los progenitores contestaron con
sorpresa:
−¿Lebu tiene alas?
El abuelo, tomando al chico de la
mano, silbó:
−FIIIIUUU, ven, aire de Lebu!!Nos
vamos contigo!!
Por la ventana entró una fuerte ráfaga
de viento y, abuelo y nieto se fueron gritando:
−¡Venid, sin las alas de Lebu vivir
es morir!
Y es que, amiguitos, en Lebu tus alas
de libertad hallarás.
Malintzin
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