sábado, 18 de enero de 2020

069.- AHOGADA


Observo con la vista de un enamorado. Las pálidas arenas de Millaneco, y en su horizonte la mar en calma, me recuerda porque vuelvo.
Observo en sus orillas, lo que alguna vez fueron mis huellas, ahora difusas por el tiempo, el tiempo y sus mareas.
Observo sin mis ojos lo que entre silencios el viento me susurra, y ahí donde la salada brisa evoca alegrías, encuentro una penumbra.
Es un dulce juego entre la luz y las sombras de mi memoria ensordecida, quien me obliga a observar con la vista de un enamorado, todo lo que he obtenido después de haber perdido el sentido de mi vida.
Y es que he encontrado; entre sus lívidas arenas, el reflejo de aquel dulce rostro de porcelana y en las profundidades de aquella tela añil, sé que en paz descansa mi amada.
Warlock Iscariote

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