Observo con la vista de un enamorado.
Las pálidas arenas de Millaneco, y en su horizonte la mar en calma, me recuerda
porque vuelvo.
Observo en sus orillas, lo que alguna
vez fueron mis huellas, ahora difusas por el tiempo, el tiempo y sus mareas.
Observo sin mis ojos lo que entre silencios
el viento me susurra, y ahí donde la salada brisa evoca alegrías, encuentro una
penumbra.
Es un dulce juego entre la luz y las sombras
de mi memoria ensordecida, quien me obliga a observar con la vista de un enamorado,
todo lo que he obtenido después de haber perdido el sentido de mi vida.
Y es que he encontrado; entre sus lívidas
arenas, el reflejo de aquel dulce rostro de porcelana y en las profundidades de
aquella tela añil, sé que en paz descansa mi amada.
Warlock
Iscariote
"Lívidas arenas", mmm
ResponderEliminar