Sin darme cuenta en mi vida me ha
invadido un gran dolor, con mezcla de tristeza, pero mi cura es recorrer esta
hermosa playa de fina y blanca arena, me devuelve la tranquilidad, pareciera
que cada ola que moja mis pies limpia mi cuerpo, llevándose todo lo malo. Y
cuando entro a la Cueva del Toro y siento esos bramidos de las olas al chocar,
pareciera que fuera mi alma la que grita con toda su fuerza, para poderse
desahogar.
Al salir a la playa del Millaneco
ya renovada, feliz ya que cada vez que me siento mal, me limpias llenándome con
tu fuerza y energía, devolviendo la paz y sonrisa a mi vida. ¿Cuánto te debo,
querido mar?
Para mi es lo más maravilloso
poderte contemplar, querido mar, eres mi paz.
Mimi
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