Érase un joven surfista. En una competición se
encontró con otro chileno. Los compañeros le avisaron de que aquel era un
triunfador nato en el surf, a pesar de ser atleta entrado en años. Finalizada aquella
prueba el chileno resultó ganador.
Cuando
lo felicitó le dijo:
-Felicidades,
pero… dígame, ¿ cuál es su secreto?
Él contestó:
-Es muy sencillo. ¿Ves esta vela? Es la de Lebu. Soy
natural de allí y los hijos de ese maravilloso sitio siempre la tenemos henchida
con la más grande ilusión. Cuando nacemos nuestras madres lebulenses,
levantándonos en sus brazos, gritan:
-Eolo, mantén esta vela movida por aires de
dicha e ilusión!!
Ahí
el secreto, crecer mecido por los brazos de la vela de Lebu, aquellos céfiros.
El
surfista comprendió que, contra ese formidable velamen, toda prueba está
perdida porque la agitan extraordinarios
y fascinantes aires.
Malintzin
No hay comentarios:
Publicar un comentario