sábado, 18 de enero de 2020

073.- UN PASEO ENCANTADOR


La arena era blanca, pero el viento de los mil demonios. Ella llevaba a nuestro hijo en brazos mientras  intentaba domar su pelo que asemejaba a cientos de cobras furiosas.
—¡Ayúdame Antonio!—Me gritó molesta ante mi falta de cooperación y no supe si tomar al niño, buscarle algo con que coger su pelo; o correr por una flauta.
Amanda Luna

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