En casa de la abuela, cerca del Trongol,
Nahuel no duerme si no escucha un cuento.
-¿Cuál quieres, el de las serpientes
o la calchona?
El niño abrió sus ojazos grandes y
exagerando un susto dijo:
-Ay, ñi chuchu esos me gustan, pero me dan mucho miedo, no podría
dormir…
-Bueno, ñi Piuke, otro entonces, que ya deberías conocer…
La abuela comenzó:
“Una hermosa joven vivía cerca de
Lebu y cuidaba a un anciano en la ciudad. Su patrón, la quería mucho y la ayudó
a estudiar. Pero el anciano murió; había pedido a sus hijos que no abandonaran
a la chiquilla. Como eran santiaguinos dejaron un cuidador, hombre mañoso y
abusivo. Una noche, la niña trabajó hasta tarde, cuando volvía a casa, la
atropelló un ebrio con un camión. La niña no volvió a su hogar.
Desde entonces, su peñeñ vive con la
abuela, profesora jubilada, que alguna vez quiso escribir libros de cuentos…”
Sonia Rocha
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