Y llega el navegante con una gran
sonrisa lleno de premuras y profundas caricias, el mar silva al otoño y el sol
vislumbra invierno el alma de su miedo se refleja en este infierno.
Fuego el mar eleva hacia el triste
cielo, que a las puntas de la cordillera el mar se encuentra sin remedio, sin
embargo el pescador no teme ni a su destino, eleva las anclas y avanza con sus
amigos.
Que fuerte la mar que marca a cada
uno pero el pescador no le teme a este mundo, ya que lo conoce completamente,
el mar es su hogar pero también puede ser su muerte.
Playa Millaneco las familias esperan
a los caballeros que fueron a navegar, cada uno mirando al horizonte observando
una ilusión que ahí no está, volviendo lentamente y retrocediendo a su hogar.
Londrain
Es muy metafórico y poético, es lindo.
ResponderEliminarQue triste el final
ResponderEliminarMe gusta el hecho de que hace a los pescadores como seres realmente de mar, que saben que allá en el mar esta la felicidad pero igualmente la muerte.
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