Cuenta la leyenda que Hera enloqueció de celos cuando descubrió
que Zeus la engañaba con una mortal y que ésta le había dado un hijo. Dicen que
su furia fue tal que ningún dios del Olimpo pudo calmarla. Invadida por los
celos y la sed de venganza, juró castigar a la mundana que osó a acercarse a su
esposo Zeus. Así, decidió convertir al vástago de la mortal en un tritón de
hierro y lo arrojó al fondo del mar.
Nadie sabe cómo, pero por allá por 1800 y algo un
hombre llamado Benjamín Vicuña lo encontró varado en una playa. Desde entonces esa
figura de hierro permanece en la plaza de la ciudad como un recordatorio de lo
que puede hacer la furia desatada de una diosa.
Camila Márquez
GUAU!!! hace mucho no leía algo referente a la mitología antigua. Gran trabajo, no esperé ese final. Ahora no veré igual al niño pez
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