sábado, 10 de marzo de 2018

128.- ADIÓS AL PUCHOCO

Pese al llanto de las aves que presagia lluvia, madre se sienta frente al espejo para retocar su vaporoso peinado y repasar el furioso carmesí de sus labios. Dibuja una mueca frente al espejo que estudia con una sonrisa, está frenética por el próximo encuentro. Antes que el cielo llore, ella se encamina hacia el muelle de Bocalebu y, en soledad albergada bajo un paraguas, espera el próximo arribo. Pero hace años que el Puchoco se olvidó del puerto de Lebu. Pese a eso, madre regresa a casa contenta, comentando lo bien que lo pasó a bordo, disfrutando de una abundante once, mientras afuera llueve con furia.
Un Perro Andaluz

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