Ronda
entre nubes oscuras, entre el horizonte
desdibujado, con la claridad siniestra de un colmillo en advertencia.
Hombres
sin tiempos, sin esperas, escupen el
tabaco machacado en sus bocas, lanzan bostezos al aire; observan, los resabios
de algunas redes que se agitan como hamacas.
Vigilia
marina, entre el viento, los barandales
del viejo muelle, bocanadas de humo y el
cielo enraizado en la horizontalidad de las agua, común presagio de un instante fatal.
Serpiente
al asecho; azote lerdo. Hace acallar las voces. Empuja al humo de los cigarros,
traza una ruta desde el medio del paisaje hasta los umbrales socavados de madera. Avanza. Se ahuyentan las escasas
claridades del cielo. Las olas pierden sus huellas. Miradas se entrampan a la
espesura próxima de la tormenta. Se entrampan a la nada.
El reloj
adelanta las horas; atrasa las horas; multiplica sus puntos negros; sus
espadas.
Baldomero Ria
Buen trabajo, buen autor
ResponderEliminartrabajo exelente!! genial
ResponderEliminarPreciosa poesia.
ResponderEliminarexcelente !!!
ResponderEliminar