Cabizbajo
camina diariamente entre las mortuorias piezas de mármol, atrás quedó la figura
altiva, la mirada brillante, sí aquella que irradiaba por su paso. Ahora, sólo
recuerdos son su familia, las risas del más pequeño que con traviesa mirada lo
esperaba, los besos y abrazos de su princesita se han esfumado como pompas de
jabón, y los arrumacos de Ella, su otra mitad también se ha vuelto olvido.
Aquellos días partieron, la culpa le reprocha recalcitrantemente, pero
después….después…
Chapulín
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