viernes, 9 de marzo de 2018

105.- LA DEUDA


Con los zapatos en la mano, caminé descalzo por las arenas blancas de la playa Millaneco. Era una tarde invernal. La neblina colmaba la bahía de una tensa sensación de soledad. Algo me había indicado que era necesaria mi presencia en ese lugar. Mi destino me llevó cerca de unos roqueríos imponentes que eran adornados por moluscos y gaviotas que revoloteaban emitiendo sonidos estremecedores. Decidí sentarme en la arena húmeda y fría como un puñal.
-¿Vicente?, ¿eres tú? - una voz ronca, entrecortada e inhumana me susurró detrás de mí.
Al darme vuelta la oscuridad del atardecer sólo me permitía ver una silueta masculina vestida con un uniforme de soldado de la época de la independencia de Chile.
-Sí, soy Vicente Benavides- afirmé en tono solemne sin dejar de mirar al horizonte- He venido a pagar lo que debo- dije parándome, y tomando el rumbo hacia los viejos roqueríos.

Mariana Latorre

1 comentario:

  1. Sentido real y fantástico de un lugar tradicional...muy bien elaborado.

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