Me acerqué al borde del viejo puente, la fría noche de
agosto apuraba, respire profundamente dando mi ultima mirada a los blancos
techos teñidos por la luna, antes del final. “¡No lo hagas!, sufrirás
eternamente, jamás veras a tus seres queridos, esta tierra será un eterno
purgatorio,” dijiste. No te vi venir, pero tus palabras me dieron esperanza, quizás la que necesitaba para
encarar mi realidad, quise saber mas de ti, tu escueta respuesta “soy María, estoy sobre esta vía, la 40,
altura 206 al fondo”.
Me senté y lloré desconsoladamente.
El sol me despertó frío hasta la médula, encaré
decidido a agradecer tus palabras.
Al llegar no quise entender que pasaba, no pude, corrí
al fondo, una derruida pared decía “María Yañez, amada madre no soportaste la
partida de tu esposo y ganaste tiempo para su reencuentro agosto 1952”, lamentablemente sé que no lo
lograste.
Macramé
No hay comentarios:
Publicar un comentario