sábado, 10 de marzo de 2018

118.- LA ESPERANZA TAMBIÉN SUEÑA DESPIERTA

La brisa ondea su oscuro cabello. Ella sube al balcón del faro todos los atardeceres, lo sigue esperando a pesar del tiempo transcurrido.
Nunca pierde la esperanza y siempre sube con una sonrisa de anhelo pensando que es el día. Y todos los días esa sonrisa se disuelve conforme pasa el tiempo hasta convertirse en un semblante triste, que se revierte con la esperanza del mañana.

Cierra los ojos y siente el atardecer en su piel. La brisa a su alrededor comienza a juntarse formando un cuerpo incorpóreo. Siente unos labios que rozan con los suyos, pero no abre los ojos por miedo a su desaparición. Se funden en un beso de amor que le llena de alegría el corazón. Pero todo tiene su fin y siente como se aleja. Sin abrir los ojos intenta agarrar al dueño de sus besos, pero no hay nadie. No hay nada. La esperanza también sueña despierta. 
Mafa L. Arcos

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