sábado, 10 de marzo de 2018

117.- CAVERNARIO

El viejo sigue ahí. Recorre angustiosamente la legendaria caverna Benavides. Fisgonea en distintas direcciones, husmea como un ratón cada rincón de la gran cueva.
Cuando la marea sube, se le pierde el rastro. Vuelve a aparecer cuando el mar se recoge y repite una y otra vez la misma búsqueda como una lastimera partitura aprendida hace siglos.

No le agradan los visitantes. Los ahuyenta de cualquier manera. No desea compañía. Desconfía. Actúa con recelo, como si escondiera un tesoro bajo las barbas o en los bolsillos de su traje, medio patriota y medio realista.
Stuka

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