jueves, 24 de octubre de 2013

39 AL FINAL

Patricio Lorca
Las ruedas dejan de girar y se detiene el sonido del motor. La ligera llovizna que golpea el parabrisas no interrumpe el sueño de Thomas. Una leve sacudida en el hombro lo despierta. Aún somnoliento, el extranjero abre la puerta y baja del auto. Extiende sus brazos y se estira frente al mar respirando hondo e inclinando su cabeza hacia el cielo. A través de las pequeñas gotas que caen sobre su frente ve como las nubes se comienzan a separar. Mira hacia el mar y observa las olas. Una sonrisa se esboza en su rostro.
-¿Esto es lo que querías? -pregunta Claudia.
-Si. ¿Cómo se llama?
-Lebu. 
El desamarra y baja el gran bolso que traía en el techo. Se rasca la barba y pide ver el mapa. No conoce el nombre de lo que busca. Se despide de Claudia.
Sabe que lo encontró.

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