martes, 22 de octubre de 2013

34 TE ESTABA ESPERANDO

Mosago
Era una tarde soleada, esa que me anunciaba con su luz intensa, el brillo que me esperaba para recorrer mis bellas calles de Lebu, que se convertían en el punto ideal. Se sentía un cobijo que albergaba, todo mi ser.
La plaza de Armas se pronunciaba en una sola ola de sonidos, retumbantes en mi corazón duro, con el pavimento de aquella plaza que en  instantes volaba, como esos papagayos que llegaban alcanzar, las tibias nubes que lloran profundamente y que simplemente llegaban en ese pequeño rinconcito de mi ríoseco, para albergar mi bellos recuerdos.

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