miércoles, 16 de octubre de 2013

25 LA PRUEBA DE LA ROSA

Una y otra vez, ella reclamaba su atención, usaba ropa ligera, leía mucho para tener temas de conversación, complacía todos sus gustos en la mesa, pero todo tiene un límite, trató entonces, de provocarle celos. Compró una rosa, la puso en el centro de la mesa, él ni siquiera la vio.
Al día siguiente hizo lo mismo, pero la colocó encima del refrigerador, a él le fue indiferente la inmensa rosa de Lebu; al tercer día, tomó una nueva flor en la mano, se sentó delante del televisor.
-¿Y esa flor?
-Me la regalaron.
-¿Quién?
Por respuesta, salieron dos lágrimas de sus ojos verdes. Al día siguiente él trajo un ramo de rosas, pero no tuvo a quién dárselas. 

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