Bilbo
Él
la conoció hace un año atrás en la premiación de un concurso de poesía en la
provincia chilena de Arauco.
Desde
entonces se habían mantenido en contacto a través de chats y llamadas
telefónicas que exacerbaban la imaginación de cómo sería el reencuentro tan
anhelado por ambos.
Él
viajó directo desde la Habana a la comuna de Lebu, donde ella residía. Un
abrazo en el pequeño aeropuerto concretó sus sueños.
Tomaron un taxi en dirección a las orillas
del río Lebu, para allí cumplir lo
pactado hace doce meses. Cada uno sacó la mitad de un corazón de cristal –que
habían cortado en dos mitades iguales para que durante el tiempo de separación
cuidasen celosamente y fuesen unidas otra vez como se habían prometido –
Juntaron las dos partes, la depositaron en las
aguas del río y juntos fueron a la premiación del concurso de poesía que
acontecía ese año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario