miércoles, 16 de octubre de 2013

27 DON DE PRIMAVERA

Bilbo
Comenzaba a descongelarse el tejado, era hora de revisar si el periodo invernal había causado algún daño.
Para su sorpresa o el invierno había dejado, o los rayos del sol habían traído una pequeña gatica y la habían colocado en la  parte más alta de la casa de Fabián.  Esto no sucedía comúnmente en la región de Lebu.
Se acercó, la tomó en sus manos, caviló un instante  y decidió:” mejor que llevarla a un refugio para animales sería resguardarla en casa”. Esta fue su determinación final.
Era la perfecta compañía para un obrero retirado  de las minas de carbón. Entonces súbitamente descubrió que la pancita de la minina estaba algo abultada. La primavera anunciaba un alumbramiento.

Fabián le acarició su cabeza, contempló la mirada asustadiza de la hambrienta felina y recordó  su solitario y vagante pasado en la Comuna, entonces dijo: a partir de hoy llevarás por nombre Lebu.

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